viernes, 13 de diciembre de 2019

Eguberri on


por Poncio Pilato

Eguberri on es la fórmula tradicional de felicitar las Navidades. Literalmente vendría a decir “Buen sol nuevo”. Algunos dirán: “No. Significa buen día nuevo”. En euskera sol (eguskia) y día (egun) son el mismo concepto, en oposición a la noche. Vamos a explicar de dónde viene esta fórmula y por qué se emplea para la Navidad. Para ello recordemos el mundo romano en cuya cultura se insertó la celebración del nacimiento de Cristo.
Entre los dioses del mundo romano, figuraba Saturno dios de la agricultura y la cosecha, por lo que entre el 17 al 23 de diciembre, se celebraban las Saturnales (en latín Saturnalia), importantes  fiestas romanas en honor de este dios.
Por tanto las Saturnalias eran unas importantes  fiestas en honor Saturno, por ser dios de la agricultura. Y entre los dioses era una figura en la Roma primitiva tan importante como Júpiter. La raíz de la festividad era el calendario agrícola y el Solsticio de invierno, por lo que las primeras se celebraban del 17 al 23 de diciembre, a la luz de velas y antorchas, por ser el Solsticio el fin del período más oscuro del año y el nacimiento del nuevo período de luz, o nacimiento del Sol Invictus, 25 de diciembre, coincidiendo con la entrada del Sol en el signo de Capricornio (solsticio de invierno).
Los romanos “oficializaron” las Saturnalias alrededor del 217 a. C. Oficialmente se iniciaban el día de la consagración del templo de Saturno en el Foro romano, el 17 de diciembre, al pie de la colina del Capitolio (aun en pie las columnas de la entrada al templo)
Aunque oficialmente la fiesta era el 17, con las proverbiales ganas de cachondeo del romano medio, diversos Cesares fueron alargando las fiestas  hasta que finalmente se estableció un ciclo de siete días, del 17 al 23 de diciembre.
Era un periodo importantísimo en la agricultura para todas las culturas agrícolas, ya que la posición descendente del sol en el horizonte se invierte en el solsticio de invierno, el cual tiene lugar entre el 20 y el 23 de diciembre dependiendo del el calendario establecido (del 24 de diciembre al 25 de diciembre según el calendario juliano, introducido por Julio César en el año 46 a.C.).
Esta situación, en el mundo romano quedó reforzada hacia el año 62 a.C., cuando los soldados romanos adoptaron como dios, a su manera, al dios Mitra y le agregaron características no persas, crearon una religión llamada mitraísmo que se expandió rápidamente por todo el Imperio romano.
Era un dios solar de la antigua Persia, actual Irán (su nombre es mencionado por primera vez en un tratado entre los hititas y los mitani escrito hacia el 1400 a. C.), cuya adoración se difundió por la India y como estamos diciendo también por el Imperio romano de forma muy rápida desde el año 62.
Mitra (o Mithra) era el dios responsable de dar protección cuando había un ataque. Protegía a los fieles y castigaba a los infieles. De ahí que la tomasen inicialmente los soldados. Mitra nació en la noche más larga del año. Simbolizaba el nacimiento de la luz y la esperanza y la renovación de la naturaleza, con lo que reforzaba la idea base de las fiestas Saturnales.
El emperador Aureliano hizo oficial la religión mitraica en el año 274 y compitió con el incipiente cristianismo por grandes similitudes entre ambas religiones. La religión mitraica celebraba cada 25 de diciembre el festival del Natalis Solis Invicti (el nacimiento del sol invencible). Es el sol invicto que renace, que se acopla a las fiestas saturnales y donde cabe el deseo de “buen sol nuevo”.
El emperador romano Constantino adoraba a Mitra (en su variante Sol Invictus), pero cuando aspiraba al poder tuvo que luchar con su rival Majencio y dice la leyenda que la noche previa de la batalla de Puente Milvio tuvo un sueño en el cual vio una cruz dentro de un sol con la inscripción "con este signo". Fue así como se apoyó en los cristianos (estos le dieron su apoyo porque su madre Helena era cristiana), venció a su rival, llegó a emperador y los favoreció con concesiones y construcción de templos, y por eso el cristianismo se extendió mucho bajo su mandato en todo el Imperio y desplazó al mitraísmo en el siglo IV, hasta convertirse en la única religión oficial del imperio con Teodosio (379-394), imponiendo la fecha del 25 de diciembre como la fecha del nacimiento de Cristo, aunque finalmente se estableció como la noche del 24 al 25 de diciembre.
El mitraísmo se prohibió oficialmente en el año 391, aunque se mantuvo su práctica clandestina durante algún tiempo.
No se sabe exactamente cuando nació Jesús. La razón por la que usamos el 25 de Diciembre, fue porque esta era una de las celebraciones más solemnes del Imperio Romano: la fiesta del nacimiento del Sol Invicto, una variante religiosa del culto de Mitra, un mesías salvador de origen oriental, religión muy mayoritaria entre los romanos antes de la generalización del cristianismo. Por eso los cristianos eligieron esa fecha.
Y de aquí viene la palabra navidad, del latín nativitas que significa "nacimiento", pues se celebra un nacimiento. La palabra latina nativitas viene del verbo nasci (natus [nacido] = nativitas [cualidad de nacer]). Del verbo nasci nos llega también las palabras: nacer, nación, nacionalidad, nacionalismo, natividad, naturaleza, etc.
En aquellas fiestas de bulliciosas diversiones, banquetes e intercambio de regalos, asociado a Saturno, dios agrícola protector de sembrados y garante de cosechas junto con el dios Mitra, el sol invicto que renace, se decoraban las casas con plantas y se encendían velas para celebrar la nueva venida de la luz (¿Nos suena todo esto?). Los romanos amigos y familiares, se hacían regalos (en un principio, recordando a antiguos rituales, velas o figurillas de barro) como los que se hacen en la fiesta de la Navidad.
De sobra es conocido que los vascos no tuvieron ninguna relación con los dioses romanos. Pero en aquel tiempo las culturas eran agrícolas, y al igual que los roamnos, vivían ese periodo en que las noches dejan de acortarse y los días comienzan a ser cada vez un poco más largos. El rey Sol renace. Es entonces cuando toma todo su valor la forma tradicional de buenos deseos para el nuevo periodo de cosechas: “Eguberri on” (buen sol nuevo), donde posteriormente hemos visto el cristianismo fija el nacimiento de Jesus.
Zorionak es una forma moderna-modernísima de felicitar las pascuas. Sin tradición alguna. Zorionak es en realidad la traducción del “Felicidades” castellano. El problema radica en que felicidades es una forma que no tiene sentido. Decir “(las) felicidades” en euskera no tiene sentido alguno y carece de la más mínima tradición o lógica lingüística dentro de esa lengua. No es que esté mal la palabra «zorion(a)«, ‘(la) felicidad’, totalmente correcta, sino el uso que hacemos de ella en plural y sin acompañar a nada, porque queda coja, sin sentido. Puede tener sentido por tradición en el castellano pero no una traducción literal del mismo al euskera.
Tradicionalmente, para felicitar las Navidades en euskera han sido usadas fórmulas como Eguberri on o Gabon zoriontsuak (feliz noche buena) o lo que se quiera. Pero no ZORIONAK, una fórmula castellana travestida a estética de símil vasco.

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