viernes, 29 de diciembre de 2017

Los abuelos: maestros de toda la vida



Victoria Artiach
Psicóloga psicoterapeuta
publicado por Plusesmas.com
Los abuelos son canales indispensables para la transmisión cultural; la transmitieron a los hijos y siguen desarrollando esta función con los nietos. Tienen una gran importancia, silenciada por una sociedad que respeta poco o nada, el valor, la experiencia y la sabiduría que a lo largo de muchos años han podido desarrollar las personas mayores.
Debido a la complicada red económico social en la que estamos inmersos, muchos padres tienen que dejar a sus hijos al cuidado de los abuelos y suplir con ello el coste de una guardería o de personal escasamente cualificado. En otros casos, la vinculación con ellos puede no ser tan estrecha y ceñirse a periodos vacacionales exclusivamente o a esporádicas visitas. Sea de un modo u otro, esta relación familiar puede ser una vía para hacer a los nietos depositarios del potencial de conocimientos y experiencia que poseen los abuelos.
Cuando los nietos son adolescentes, la misión del abuelo o abuela puede extenderse más allá de ser meros cuidadores y convertirse en transmisores de habilidades u oficios, además de excelentes motivadores. Donde no llegan los padres, pueden llegar los abuelos, quienes gracias a la edad, se han vuelto más comprensivos, empáticos, y tienen tiempo para escuchar. (……)
A través del diálogo y la reflexión, se potencia y estimula la motivación necesaria para seguir descubriendo cada vez más, en un interesante juego de creatividad y activación mental. (……)
Para tener una buena y fructífera relación, los abuelos deberán buscar y potenciar, siempre, lo mejor que hay en cada uno de sus nietos.
Gracias a que los abuelos tienen permiso para «mal educar», mimando e intentando comprender mejor que lo hicieron con sus hijos, tienen acceso al corazón de sus nietos y con ello la clave para motivarlos. (……)
Padres y abuelos se sorprenden cuando observan que uno de sus hijos o nietos están desmotivados, abúlicos, faltos de interés y casi deprimidos. No se puede entender estas reacciones cuando se les da todo lo necesario para que sean felices. Hay una razón muy importante para estar con la moral por los suelos: baja autoestima.
Cuando un niño, tiene una mala imagen de sí mismo, no es fácil convencerlo de que está en un error. Los adolescentes pasan por etapas de inseguridad propias de una edad en la que ya no son niños y tampoco adultos. Las contradicciones forman parte del pensamiento y, por lo tanto, la confusión y, al mismo tiempo, la arrogancia de creer que están en posesión de la verdad los lleva a chocarse incesantemente con todo el mundo y consigo mismos, pasando de un extremo a otro, sin lograr un mínimo de equilibrio. Se enfrentan a los padres, pues necesitan crear su propia identidad y ser diferentes a ellos. Al mismo tiempo, quieren ser iguales que sus compañeros, aunque no del todo.
Establecen una dinámica competitiva en la que nunca se sienten lo suficientemente bien, siempre creen que hay alguien mejor. En resumidas cuentas es una etapa, psicológicamente hablando, terrible, contradictoria, y aunque se nos ha olvidado, nosotros también hemos pasado por ella.
Es muy importante escuchar atentamente los motivos que tienen los jóvenes para sentirse mal o confusos. Tendemos a minimizar sus complejos y dificultades lo que los hace sentirse más incomprendidos y distantes de los mayores. (……)
Pedro decidió ir a pescar con su nieto todos los sábados. Juntos se organizaban el día, y pasaban largas horas en plena naturaleza, lo que permitió gozar de un tiempo maravilloso para poder compartir secretos y confidencias. A las cuatro sesiones de pesca, Pedro supo que la indecisión de su nieto era provocada por miedo de no estar a la altura y defraudar a sus padres. Se sentía internamente presionado por exigencias propias y ajenas. En este caso, Pedro se convirtió en un excelente mediador. Pidió a la familia que confiaran más en él y aceptasen que necesitaba tiempo para reflexionar antes de decidirse; a su nieto le ayudó a valorarse a sí mismo.
Los abuelos tienen mucho que enseñar. Poseen «trozos» de historia vividos por ellos mismos que pueden transmitir. Tienen conocimientos y habilidades que no deben perderse. Han almacenado montañas de experiencias que pueden mostrarnos diferentes modos de vivir, y cómo afrontar las dificultades o las alegrías de la vida. (……)
En muchas ocasiones, he escuchado frases de reconocimiento de los nietos hacia sus abuelos. Personas de no importa qué edad ni de qué clase social o cultural sean, recuerdan con cariño lo que les enseñó o hizo por ellos un abuelo o abuela. He observado gestos de emoción y ternura por esa actividad callada, en ocasiones poco valorada, de los abuelos para con sus nietos. Los «mal educadores» poseen mayor capacidad de comprensión y paciencia; cualidades estas que han ido adquiriendo con la madurez y el sentido común. Han tenido y tienen una gran importancia en la transmisión cultural de todos los pueblos.

miércoles, 13 de diciembre de 2017

Un nuevo contrato social y generacional




Mario Cugat i Leseurs
Presidente de FATEC
(Federación de Asociaciones de
Gente Mayor de Catalunya)

El campo de actividades de voluntariado es muy amplio; a modo de ejemplo, mencionamos algunas:
  • Asesoramiento a las administraciones públicas.
  • Control de calidad en hospitales, residencias y servicios sociales.
  • Compañía hospitalaria a enfermos.
  • Mantenimiento y reparaciones domesticas para personas pobres.
  • Acompañamientos de solitarios y dependientes, de paseo o a domicilio.
  • Gestiones para enfermos e impedidos.
  • Culturización y formación profesional de inclusión social.
  • Inserción social de colectivos marginados.
  • Recepción, atención e integración de inmigrantes.
  • Actividades intergeneracionales en las escuelas.
  • Proyectos de recuperación de barrios y pueblos.
  • Investigación y documentación sobre todo tipo de hechos culturales antiguos.
  • Recuperación y mantenimiento de tradiciones, bailes, folclore e historia local.
  • Documentación y cuidado de la memoria histórica.
  • Recuperación y restauración de bibliotecas y documentos antiguos.
  • Restauración y reconstrucción de monumentos y obras de arte.
  • Repoblación forestal.
  • Enseñanza, protección y cuidado del entorno natural.
  • Trazado y señalización de senderismo histórico.
  • Guías de museos, monumentos y rutas turísticas culturales.
  • Recogida de datos para encuestas.
  • Verificación del mobiliario e instalaciones municipales y bienes ciudadanos.
Creemos que, con las herramientas de que dispone actualmente la sociedad, sociales, fiscales, laborales, de Seguridad Social, con las legislaciones vigentes y, en resumen, con la actual ordenación del país y de sus estructuras, no será posible resolver los problemas que se producirán debido al importantísimo aumento de personas mayores jubiladas y pensionistas que se acerca, inexorablemente, en las próximas décadas.
Deberá establecerse un nuevo contrato social y generacional, pactado entre todas las fuerzas políticas, culturales, sociales y económicas, así como los distintos segmentos de edad, que pueda hacer frente a las nuevas necesidades que impondrá la demografía, entre las que estará la de reubicar al colectivo de personas mayores, hoy todavía emergente, y cuyo rol está por definir entre todos, dado que, por primera vez en la historia, adquiere perfil propio en el seno de la colectividad.
Y aprovechar la disponibilidad y las capacidades variadas de las personas de edad para que, a través del voluntariado, ayudando a la sociedad y a los conciudadanos, encuentren un papel claro y reconocido, estimulante, eficiente y productivo que dé lugar a una vida jubilada feliz y atractiva.
Debe ser un pacto que se vaya desarrollando, quizás, paulatinamente a lo largo de los próximos años, a medida que vayan concretándose los diferentes datos, experiencias e informaciones, a través de un debate progresivo y dinámico, serio y comprometido, entre todas las partes constitutivas de una sociedad que quiere responder a los nuevos retos con antelación y previsión suficiente.
La propuesta que presentamos en este documento formaría parte del nuevo contrato como una más de las muchas resoluciones que deberán tomarse.
No es a las generaciones actuales de personas mayores a quien corresponde decidir cómo debe ser este pacto, ya que sus conocimientos, experiencias e informaciones son del pasado, y lo que se necesitará es que lo hagan las generaciones activas actuales y venideras, con datos y prospectivas fiables y con capacidad de pactar y decidir su propio futuro. Pero sí podemos proponerlo, estimularlo, advertir de su imperiosa necesidad y colaborar, si nos lo piden, en aquello que nos sea posible, por el interés que tenemos de dejar la mejor herencia y el mejor país a nuestros sucesores.