domingo, 26 de enero de 2014

El envejecimiento


Ramon Ara
de Hartu-emanak
Existen innumerables estereotipos sobre la Persona Mayores, y afloran mucho más los negativos que los positivos. Las Personas Mayores aunque hayan sido ingenieros/as, catedráticos/as, trabajadores en las factorías o en el agro, o barrenderos o mujeres que jamás se jubilan tienen una condición común SON PERSONAS MAYORES. Y estas Personas Mayores tienen muchos problemas comunes que desconocemos o ignoramos: Salud, Soledad, Tratamiento infantil, y no digamos cómo se ningunea en muchos casos su pasado con el que podrían enriquecernos mucho el presente si los tuviéramos algo en cuenta.
Se envejece cuando nuestro cuerpo y nuestra cabeza enferma. Unos antes y otros después….He conocido más de un viejo prematuro y más de una persona mayor con mucha vitalidad. Creo que de la misma forma que hay viejos insoportables, hay jóvenes insufribles....
Envejecer no es la causa que cambia el carácter o la forma de actuar. Las circunstancias en que se "envejece " lo hacen. Si la vida nos da más alegrías que tristezas, si el bienestar y la salud acompañan y los hijos nos quieren y respetan, se envejece con una continua sonrisa y florece la serenidad, una de las principales características de la ancianidad.
De otra forma, el ceño se endurece, y la mirada se hace desconfiada. Detrás de esas manías y actitudes a veces intratables, hay en muchísimos casos, depresiones por conflictos no resueltos de toda una vida y/o miedo a la muerte en muchísimos casos y claro...se pierde la ilusión y nos convertimos en "ancianos desagradables”.
Por tanto, hay personas mayores que, con el paso del tiempo, se vuelven entrañables y personas mayores que, con el paso del tiempo, se vuelven insoportables.
¡Vigila con cuidado el modo en que envejecen tus defectos!

miércoles, 22 de enero de 2014

Sobre el nombre de Hartu emanak


por Hartu-emanak


Desgraciadamente, por las circunstancias de la historia, de la familia o de nuestra propia trayectoria, muchos de los que vivimos en esta tierra de Euskal Herria no conocemos su idioma. Algunos hemos intentado repetidamente su estudio y por diversas razones hemos fracasado. No obstante consideramos este idioma como nuestro y como seña de identidad.
Allá por el año 2002, cuando nació nuestra Asociación, se le dotó de un nombre en euskera: hartu-emanak . Dos palabras con las que se quería dejar constancia del lugar donde nacía, y de los objetivos y de las motivaciones con los que nacía.
¿Pero que significa Hartu-emanak? ¿cómo lo podemos entender en castellano?.
El termino euskaldun hartu-emanak se refiere a relación, Relación entre personas, entre colectivos, con las Instituciones públicas, etc. Pero el término resulta muy amplio y genérico. ¿Relaciones con quien, para qué, o cómo pueden y deben ser esas relacionarnos? ....
En el caso de nuestra Asociación, las relaciones se refieren a las que deben existir entre las Personas Mayores y el conjunto de la Sociedad en la que viven, para que estas personas puedan seguir siendo agentes sociales activos que, en colaboración con el resto de agentes, contribuyan a la construcción de una Sociedad más democrática, justa y solidaria.
También relaciones con las Instituciones Públicas para ejercer, como ciudadanos, con plenitud los derechos y obligaciones, que no caducan con la edad de las personas.
En hartu-emanak las relaciones tienen también una significación y un contenido especial cuando se refieren a las relaciones con otras generaciones, para promover la cohesión social y la transmisión del conocimiento, de la experiencia, acumulada a lo largo de los años, a través de distintos Programas Intergeneracionales
Pero también podemos entender hartu emanak desde su traducción literal: recibir y entregar, recibir y dar. Lo que igualmente transmite la idea de nuestra asociación en el sentido de que las personas mayores RECIBAMOS de la sociedad según nuestro derechos, y nuestras necesidades, y que al mismo tiempo DEMOS, al conjunto de la sociedad, según nuestras capacidades.
Así podemos entender Hartu-emanak, como relaciones (de) recibir y dar, en el ámbito de la Participación social y como recurso para ella, en el ámbito del Aprendizaje Permanente a lo largo de la vida.

domingo, 19 de enero de 2014

De abuelos y Nietos



por Ismael Arnaiz Markaida
Hartu-emanak
Actualmente existe una mayor relación entre abuelos y nietos, estableciéndose así un nuevo medio de contacto intergeneracional, “un contacto que, “bien administrado”, puede suponer un aspecto positivo en la comunicación intergeneracional”.
Como lo de “bien administrado”, puede ser mal interpretado, voy a intentar explicarme, partiendo de la premisa de que el encuentro de los abuelos con sus nietos es siempre muy enriquecedor para ambas partes.
Sabemos que a muchos niños les encanta estar con sus abuelos por diferentes y variadas razones. Algunos porque al lado de los abuelos no existen tantas órdenes ni obligaciones, otros porque pueden hacen cosas distintas con ellos, realizar una infinidad de actividades sintiéndose más libres. Algunos nietos ven a sus abuelos como un amigo, una especie de guía, divertidos, cariñosos, mimosos y que les gusta estar con ellos.
Por lo general, los abuelos sienten mucho placer con sus nietos. Estar con ellos es también una forma de renovarse personalmente. Es tener más participación en la familia y sentirse más jóvenes y actualizados. Se aprende mucho con los niños. Pueden contribuir con su experiencia en momentos de crisis familiar, tanto en el sentido psicológico, como en el económico, si se puede y es necesario. Pueden cuidar de los niños cuando los padres no lo pueden hacer. Eso es beneficioso para los niños y para los abuelos porque se sentirán más útiles, más considerados y más valorados. Además, pueden transmitir valores familiares y mantener el vínculo entre las generaciones. Las historias de familia les encantan a los niños, y contribuyen en su desarrollo psicológico. Pueden ayudar en la educación, incidiendo en la comunicación entre padres e hijos y actuando en no pocas ocasiones como mediador.
Pero no todo es idílico y por ello invito a quienes tenemos nietos, a que reflexionemos sobre las siguientes cuestiones.
¿Por qué los padres eligen la opción de los abuelos canguros?: ¿porque les ofrecen más confianza? ¿porque no tienen horarios?.....¿porque el cuidado que realizan es gratis?
¿La tarea del cuidado de los nietos se asume desde la libertad de los abuelos, a hacerlo o no hacerlo? ¿limita, gravemente, su tiempo para hacer otras cosas? ¿les hace sentirse agobiados? ¿llegan a sentir lo que algunos especialistas han denominado como síndrome de la abuela esclava?
La Doctora Pinazo, en su libro titulado Guía para los Canguros” del Siglo XXI afirma que “si los abuelos presentan alguna de estas dificultades, lo mejor es comunicarse con sus hijos de un modo sincero y establecer los límites que garanticen una relación equilibrada y saludable entre abuelos, padres y nietos”. Y añade que “los abuelos que participan en el cuidado de los nietos deben tener tiempo también para su propio cuidado, hacer ejercicio y acudir a sus revisiones médicas, sin privarse de actividades de ocio y relaciones sociales”. Y concluye: “de esta forma toda la familia a su alrededor se verá beneficiada”.
Y yo añado: de esta forma, las relaciones y la comunicación entre abuelos y nietos estará “bien administrada”.

domingo, 12 de enero de 2014

Qué sentido tienen las personas mayores dentro de la sociedad de la información


Ramón Flecha García[1]
I Jornadas Hartu-Emanak
Sensibilización para una acción social
transformadora de y con las personas mayores
Noviembre de 2003
Se pretende reivindicar el papel que tienen las personas mayores en la sociedad actual desde el análisis de sus potencialidades.
Introducción
Hemos crecido y nos hemos socializado en un modelo de sociedad, la sociedad industrial, que ya no existe. En este nuevo marco social, nos encontramos hoy ante el reto y el sueño de transformarnos y al mismo tiempo que nos transformamos, transformar también la propia sociedad. Dentro de esta nueva sociedad de la información, uno de los retos que se nos plantean, no sólo para dar sentido a nuestra participación social y a nuestro aprendizaje permanente, sino también para que las demás personas que no son mayores entiendan todo esto, es superar las discriminaciones que a veces aparecen por razón de edad.
Inteligencia cultural
En la sociedad industrial se consideraba que nuestra capacidad para aprender iba aumentando progresivamente desde que nacíamos hasta los dieciocho o veinte años y que luego nuestra inteligencia iba decreciendo con la edad. Era entonces muy frecuente escuchar frases como las siguientes en boca de personas de sesenta u ochenta años: “es que ahora ya no me funciona la cabeza como antes”, “a mi edad, ¿qué voy yo a aprender ya?” o “si hubiera aprendido eso de pequeño o de pequeña...”. De esa forma, estas personas estaban reflejando, en sus vidas cotidianas y en su concepto de si mismas, lo que el falso conocimiento científico de la época decía sobre nuestra inteligencia. Incluso se elaboraron curvas mostrando e intentando justificar esta tendencia decreciente de la inteligencia con los años. Estos gráficos se enseñaban después a los y las profesionales que trabajaban con las personas adultas, de manera que también ellos y ellas se convencían de que las personas, a los diez años o quince años, teníamos más capacidad de aprender que en la edad adulta. Entre los autores que desarrollaron estos estudios y teorías, según los cuales la inteligencia parecía que sólo evolucionaba en la infancia y en la adolescencia, cabe destacar a Piaget (Inhelder y Piaget, 1955) y Wechsler (1973).
Por suerte, ya hace muchos años que diferentes investigaciones han demostrado que las personas no seguimos este proceso (Vygostki 1979; Luria 1980; Cattel, 1971; Cole y Scribner, 1977; Gardner, 1983). Al contrario, si participamos en una actividad social adecuada que nos reporte interacciones positivas tanto en lo social como en lo educativo, nuestra capacidad de aprendizaje aumenta a lo largo de toda la vida. Por lo tanto, desde el estudio científico actual de la inteligencia, no se puede decir que a los sesenta u ochenta años las personas tengan menos capacidad de aprender que la que tenían a los diez o a los veinte. Otra cosa es que no estén motivados o motivadas para aprender las mismas cosas o, sobre todo, que no estén motivados o motivadas para aprenderlas de la misma manera.
En este sentido, actualmente podemos acudir a multitud de autores, autoras y grupos de investigación cuyos trabajos sustentan la noción de inteligencia cultural, que ha sido desarrollada por CREA (1995-1998). Este concepto supone un enorme paso adelante respecto a las perspectivas de Piaget o Wechsler, que solamente completaban la dimensión académica de la inteligencia, puesto que incluye tanto las habilidades adquiridas en contextos académicos como las adquiridas en la práctica cotidiana de las personas. De este modo, la inteligencia depende de muchos elementos diferentes. En primer lugar, depende de lo que hemos aprendido en cursos diversos, ya no sólo dentro del sistema educativo formal, sino en cursos de formación ocupacional u orientados en cualquier otra dirección. En segundo lugar, depende de lo que hemos aprendido a través de nuestra práctica diaria, en un centro de trabajo, cuidando de las necesidades familiares, tratando los problemas de salud de la familia u otras cuestiones semejantes. Ocupándonos de nuestro día a día hemos aprendido cosas que no se aprenden en cursos y cuyo bagaje va aumentando a medida que nos hacemos mayores. En tercer lugar, la inteligencia depende de lo que aprendemos cada día hablando con los y las demás. Por ejemplo, mediante la participación en diferentes asociaciones o en colectivos, establecemos interacciones con otras personas, hablamos y aprendemos. Estos procesos generan también enormes posibilidades para el aprendizaje.
Como consecuencia de todo ello, el caudal de conocimientos y de capacidad de aprender que tenemos a los sesenta u ochenta años es muy superior al que podíamos tener a los diez o a los veinte, cuando tenemos mucha menos experiencia. Prácticas como las tertulias literarias dialógicas, que se están desarrollando en el País Vasco y también en otros lugares de España y el mundo, son una clara muestra de esa capacidad de aprendizaje. En ellas, aunque también toman parte personas de todas las edades, la mayor parte de participantes son personas mayores que en muchos casos tuvieron que dejar la escuela o ni siquiera pudieron acudir en su día y que hoy están leyendo, discutiendo y comentando libros de García Lorca, Safo de Lesbos, James Joyce, Cervantes... Autores que incluso en la misma universidad ni los estudiantes ni el profesorado acostumbramos ya a leer. Es decir, que personas que antes se consideraba que no tenían tanta capacidad de aprendizaje están hoy leyendo obras que resultan demasiado difíciles para quienes se supone que tienen más capacidad intelectual, que además por lo general son más jóvenes, y que están en la universidad.
El desarrollo de esta experiencia se construye precisamente sobre la base del diálogo. Sólo comentando en grupo lo que cada persona lee en un libro, se promueve el establecimiento de relaciones entre la ficción y la propia vida, con todo el caudal de conocimientos que las personas desarrollamos a lo largo de ella. De esta manera, se logra un aprendizaje de mayor nivel que el que se podría lograr a veces con personas de diez o de quince años.


[1] Catedrático de Sociología y Director de CREA (Centro de Investigación Educativa y Social) de la Universidad de Barcelona, miembro de la Red Democrática de Educación de Personas Adultas

domingo, 5 de enero de 2014

Taller Conferencia Sacramento Pinazo



María Alonso Trueba
Alumnas de Educación Social de la Escuela de Magisterio de la EHU /UPV
en prácticas en Hartu-emanak
La jornada del pasado jueves 28 de noviembre sobre la solidaridad intergeneracional y el envejecimiento activo (Taller de proyectos intergeneracionales celebrado en Portugalete), me hizo reflexionar sobre algunas cuestiones que se mencionaron allí y creo importante destacar las siguientes.
Las percepciones que unas personas tenemos acerca de otras juegan un papel importante en nuestra voluntad de acercarnos y mantener relaciones con otros. Se ha planteado mucho el tema de cómo son percibidas las personas mayores por el resto de miembros de la sociedad. Según estudios contrastados las personas mayores son percibidas por la sociedad, sobre todo, como molestas, inactivas y tristes. Esta visión contrasta con la que tienen las personas mayores de sí mismas: más divertidas, menos tristes y más activas de lo que los demás piensan. Lo preocupante de datos como estos es que muchas personas mayores tienden a comportarse en base a la imagen dominante de la sociedad. Este es otro motivo para impulsar relaciones intergeneracionales positivas, que mejoren la imagen que las generaciones más jóvenes tienen de las personas mayores.
Otro punto a destacar son las relaciones abuelos-nietos, suelen ser positivas, y se ponen en marcha sobre la base del respeto y del cariño. La gran mayoría de las personas mayores se sienten bastante o muy satisfechas con su relación con los nietos; y, en el caso de actuar de cuidadores, prevalece la sensación de que cuidar a los nietos es más un placer que una obligación.
Pero la realidad es que existen estereotipos y generalizaciones alrededor de todo aquello que rodea a las personas mayores, que ha significado sobre todo la emergencia de una realidad que es preciso reconocer, una nueva generación de personas mayores.
En cuanto al contexto social creo que pretende adoptar una visión del envejecimiento como un proceso natural en la vida de las personas, una experiencia positiva, y no como un problema. Que requiere un cambio de las actitudes sociales, a partir de la superación de aquellos discursos que transmiten un concepto de persona mayor pobre, infantil y limitado. Queremos conseguir la inclusión y participación activa en la sociedad del colectivo de personas mayores, más allá del ámbito del bienestar social al que tradicionalmente se ha circunscrito su participación, en todas las esferas y dimensiones de la política, y en contra de una “exclusión por edad”.
El envejecimiento positivo tiene que ir más allá de la participación de las personas mayores en iniciativas solidarias. La incorporación de otras dimensiones como fuente de participación social es necesaria para que se represente la realidad de las personas mayores y su aportación a la sociedad.

miércoles, 1 de enero de 2014

Un nuevo año




por Hartu-emanak
En el año 2012 Hartu-emanak comenzo su andadura. Hoy comenzamos un nuevo año, 2014, con nuevo interés y esperanzas. Todo nuestro esfuerzo durante estos 12 años ha estado centrado en la reivindicación del derecho de las Personas Mayores a ser agentes sociales activos, para la construcción de una sociedad democrática, justa y solidaria, en colaboración y en igualdad de derechos y obligaciones, con el resto de agentes sociales de nuestro entorno.
En Hartu-emanak creemos, dicho de forma breve, que eso se consigue...
1. Con un proceso de Empoderamiento de las propias personas mayores, que nos permita considerarnos agentes sociales activos, con capacidad para participar, en colaboración con el resto de agentes sociales, en la transformación de la sociedad en la que vivimos, hacia una sociedad más democrática, más justa y más cohesionada, en la cual la Solidaridad entre las Generaciones, sea una realidad que posibilite y potencie la transformación que pretendemos.
2. Con el Aprendizaje Permanente a lo largo de la Vida, con dos objetivos. Primero, saber más y estar actualizados, evitando así la marginación, y segundo: ser un recurso necesario para que nuestra Participación Social sea más efectiva y eficiente.
3. Con el reconocimiento por parte de la Sociedad, del valor cultural y social de las Persona Mayores, que nos capacita para ser agentes sociales activos.
4. Con el establecimiento de cauces (políticas, actividades, estructuras, etc.) para hacer posible esta participación social, activa y solidaria, de las Personas Mayores.
Esperamos y deseamos contribuir a conseguir el Envejecimiento participativo y activo de nuestros mayores, y la Solidaridad entre las Generaciones.