El
maltrato psicológico se subdivide en las siguientes categorías en cuanto a sus
manifestaciones:
Maltrato económico o financiero
El
maltratador quiere controlar de forma absoluta los recursos económicos de la víctima. Para ello
controla sus ingresos, no le permite trabajar, le solicita que justifique los
gastos, le obliga a pedir préstamos, le permite un presupuesto de gasto límite,
hace las compras para que la víctima no tenga dinero, le corta el teléfono, no
le permite el acceso a las cuentas bancarias, le castiga/recompensa con el
dinero, etcétera.
Maltrato estructural
El
maltratador ejerce un poder sobre la víctima basándose en la desigualdad que,
según él le hace superior. Para ello emplea frases para desvalorizarle y con
imperativos (por ejemplo “esto es así porque quiero yo”), toma decisiones sin
consultarle, le cuestiona las suyas, le recuerda sus fallos de forma
persistente, no se compromete a hacer nada por ella, le obliga a asumir
responsabilidades, le obliga a mantener relaciones sexuales y la castiga con la
indiferencia o el enfado cuando se niega a mantenerlas.
Maltrato espiritual
Se
refiere a la eliminación o ridiculización de las creencias o ideales de la víctima
obligándole a aceptar las suyas propias. En este caso el maltratador no le deja
elegir o minusvalora sus decisiones, constantemente le recuerda que sabe hacer
las cosas mejor que ella, no le permite hacer actos acorde a sus creencias o
los ridiculiza, habla mal de personas que comparten los ideales de ésta…
Maltrato social
Tiene
lugar cuando se aísla a la víctima reduciendo sus relaciones sociales,
controlándolas o ridiculizándola delante de éstas. Otras de las manifestaciones
son escuchar sus conversaciones, leer sus mensajes de texto o correo
electrónico, le restringe las relaciones con sus familiares y amigos, le
acompaña de forma obligada siempre que queda con amigos, no le da oportunidades
para conocer gente nueva, le ridiculiza cuando habla delante de otras personas,
le saca defectos delante de sus amigos, etcétera.
Cómo prevenir el maltrato psicológico
Aunque podemos prevenir el maltrato psicológico, es importante que
la víctima sepa que ella no tiene la culpa de sufrirlo y que dicho padecimiento
no es debido a que no haya sabido evitarlo. El único culpable es el agresor.
Para poder prevenir el maltrato psicológico es necesario informar a la sociedad de qué se
entiende por éste y cuáles son sus secuelas.
Algunas
personas que ya lo sufren no se han percatado de ello, por lo que cuando
quieren parar la situación lo tienen mucho más complicado, ya que sus fuerzas y
seguridad en sí mismas han mermado lo suficiente para que comiencen a
cuestionarlo.
Al
mismo tiempo, de nuevo aquí la formación acerca de aspectos comunicativos y
defensa de derechos personales desde etapas tempranas
es muy importante. Es fundamental que crezcamos desarrollando un estilo
comunicativo asertivo y que aprendamos a hacer respetar nuestros derechos
sin violar los de los demás. La escuela tiene un papel importante en todo ello,
pero más aún el núcleo familiar transmitiendo esta actitud a sus hijos.