Colaboración
“Se entiende la participación ciudadana como una actividad libre que de forma
suficientemente intencionada pretende influir en o con decisiones en cualquier
ámbito o nivel de la vida pública. Siendo a su vez un proceso de formación y
aprendizaje en el diálogo plural para la búsqueda de acuerdos entre ciudadanía
y poderes públicos a fin de definir de una forma dialógica políticas que
respondan a los intereses y necesidades individuales y colectivas”
“De aquí es fácil deducir que las personas
mayores tienen/tenemos el derecho y el deber moral y cívico de participar en la
construcción de esa sociedad más humana,
y que la sociedad, a través de los poderes públicos, además de ser consciente
de que necesita el esfuerzo de todas las personas ha de facilitar esa
participación superando concepciones edadistas y economicistas”
Debilidades para la participación de las personas mayores:
-
la escasez de recursos materiales y económicos;
-
el reducido compromiso de las personas socias o colaboradoras;
-
la falta de cultura asociativa que se refleja en una débil organización
interna;
-
los mitos y estereotipos de las personas mayores que la sociedad y la
Administración incorporan como teorías del “déficit” originando situaciones de
discriminación por la edad, es decir, de edadismo;
-
insuficiente relación y coordinación operativa entre las propias
asociaciones;
-
escasa comunicación y compromiso entre el movimiento asociativo,
-
la Administración y otras entidades que, en muchas ocasiones actúan más
por clientelismo y captación de votos que por el colectivo de las personas
mayores, lo que tiene como consecuencia el nulo reconocimiento de las
asociaciones en los foros de decisión política.
Fortalezas para la participación de las personas mayores:
-
el alto aprovechamiento de los recursos con los que se cuenta
-
el alto potencial humano de las personas mayores
-
la creación de lazos de amistad ante las dificultades que surgen y los
logros que se alcanzan;
-
el desarrollo de los valores humanos como consecuencia de la naturaleza
de los proyectos
-
la potencia intrínseca de las PYMAs que acarrea la mejora técnica y
social que se da en el diseño y realización de los proyectos
-
el impacto social de las PYMAs por ser éstas un instrumento de solidaridad
y transformación debido a su dimensión social y a la naturaleza de sus
actividades
-
la plena convicción de que, a través de voluntades mutuas, se ha de
reducir la desconfianza entre las asociaciones y la Administración.
Principales objetivos y líneas a impulsar
-
La participación de las personas mayores, junto con la Administración y
otras entidades, en la definición de objetivos y líneas que han de conformar un
Plan Integral de Participación de Personas Mayores.
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La superación del edaismo haciendo visibles a las personas mayores como
un activo imprescindible para el mantenimiento y transformación de todas las
esferas existenciales, tanto en el espacio público como en el privado:
sociales, políticas, culturales, formativas, económicas, familiares, etc.
-
El impulso de políticas de igualdad de cara a las personas mayores
dependientes, tomando conciencia de que la dependencia aumenta el poder
colectivo sobre el individuo, a fin de que dicho poder sólo se emplee para
remediar carencias y debilidades, y no para perpetuarlas en nombre de una
“compasión” autoritaria.
-
El desarrollo y control de políticas que, basadas en una democracia
participativa, den respuesta a las necesidades específicas de las personas
mayores en diferentes campos como: el ocio y tiempo libre en su dimensión
activa; la incorporación a las nuevas tecnologías; la mejora de los niveles
retributivos; la vivienda; la salud; la formación a lo largo de la vida; el
asociacionismo en todas sus vertientes, etc.
-
La coordinación interinstitucional como metodología para el desarrollo de
las políticas acordadas. Para ello sería necesario, entre otras cosas, que los
poderes públicos a la hora de legislar tuvieran en cuenta la variable “enfoque
de edad” junto con otras como, por ejemplo, la variable “enfoque de género”.