domingo, 25 de diciembre de 2016

Fabula sobre la Felicidad



Hartu emanak

Colaboración

 

Hace muchísimo tiempo, antes de los primeros días del mundo, cuando el hombre estaba  a punto de aparecer sobre la tierra, los dioses del Olimpo se reunieron en un acto solemne. En aquella reunión decidieron, de común acuerdo, crear a la mujer y al hombre. Y decidieron hacerlo a su imagen y semejanza. Pero un momento antes de darles la vida, un jovenzuelo dios dijo:
Si vamos a hacerlos a nuestra imagen y semejanza, van a tener un cuerpo igual al nuestro y una voluntad y una fuerza y una inteligencia iguales a las nuestras. Debemos pensar en algo que los diferencie de nosotros; de lo contrario, estaríamos creando nuevos dioses. Por eso propongo que les quitemos algo. Pero ¿qué les podemos quitar?
Después de mucho pensar, uno de los dioses dijo:
Ya lo sé! Vamos a quitarles la felicidad y busquemos un sitio donde esconderla para que no la encuentren jamás.
Uno de los dioses propuso:
La esconderemos en la cima del monte más alto del mundo.
Inmediatamente replicó otro de los dioses:
No. Recuerda que les dimos voluntad. Algún día alguien escalará esa montaña y la encontrará. Y desde ese día todos sabrán dónde está.
Después de un rato de silencio otro propuso:
Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar.
Pero otro dios replicó:
Tampoco. Recuerda que les dimos fuerza. Alguna vez alguien construirá un barco para bajar al fondo del mar y entonces la encontrará.
Otro más dijo:
Entonces vamos a esconderla en un planeta lejano de la tierra.
Todos le dijeron:
No. Recuerda que les dimos inteligencia y un día alguien construirá una nave para poder viajar a otros planetas y la descubrirán. Y, ese día, ya todos tendrán la felicidad y serán iguales a nosotros.
El último en hablar fue el dios más anciano, que había escuchado atentamente cada una de las propuestas de los demás dioses. Rompió el silencio y dijo:
Creo saber dónde poner la felicidad para que nunca la encuentren.
Todos se sorprendieron y le preguntaron:
¿Dónde?
Y contestó el dios más viejo: La esconderemos dentro de ellos mismos. Estarán tan ocupados y preocupados buscándola fuera, que nunca la encontrarán.
Y así fue. Desde entonces, mujeres y hombres se pasan la vida buscando la felicidad sin saber que la llevan dentro.

sábado, 24 de septiembre de 2016

Día Internacional de las Personas Mayores




El 1 de octubre se conmemora el Día Internacional de las Personas Mayores. Cada 1 de octubre, personas de todas las edades en casi 50 países piden un cambio en temas que afectan a las personas mayores como las pensiones, la salud, la vivienda o el acceso al trabajo.
Esta jornada se enfrenta a la discriminación por la edad a nivel internacional así como por incidir sobre políticas de ayuda amigables con el envejecimiento y también motivar a la comunidad internacional para una Convención sobre los Derechos de las Personas Mayores.

¿Qué es la discriminación por edad? La discriminación por edad es cuando las personas mayores son tratadas peor que otros grupos de edad en la sociedad. Tiene muchas caras y ocurre en todas partes.

El resultado es que las personas mayores son olvidadas con demasiada frecuencia en la sociedad, y muchas pertenecen al colectivo de las personas más pobres del mundo: 100 millones viven con menos de 1 dólar al día.

El tema es importante. Entre otros efectos, la discriminación de las personas mayores hace que se pierdan todos los efectos positivos de la contribución de estas personas mayores hacia sus familias y hacia la comunidad en general.

domingo, 29 de mayo de 2016

En 30 años venceremos a la muerte



Publicado en Mayores UPD 

17 marzo 2016

 

A las entrevistas acude siempre con una corbata de Mickey Mouse, pero su discurso es riguroso, además de llamativo. El venezolano (hijo de españoles) José Luis Cordeiro, es ingeniero mecánico por el MIT, MBA por Insead, licenciado en economía por la Universidad de Georgetown, y profesor de la Singularity University de Silicon Valley. Ha venido a Madrid invitado por la Fundación Rafael del Pino, a contar cómo será el futuro, y sus predicciones no dejan a nadie indiferente.
“En los próximos veinte años vamos a ver más avances que en los dos milenios anteriores. La ciencia y la técnica están cambiando exponencialmente, porque todo lo que se puede digitalizar mejora de esa manera, pero es algo que los humanos no entendemos porque estamos programados para pensar linealmente”. “Creo que en el 2045 podremos haber vencido a la muerte. El ser humano va a decidir si quiere morirse o no. Y con un gran estado físico, porque, por muchos años que tengas, seguirás como a los 20. La edad va a ser controlable biológicamente. Y eso nos parecerá magia”.
“Como ya no seremos viejos, ya no tendremos que jubilarnos. Pero eso no significa que tengamos que ganarnos la vida siempre. El trabajo es una maldición, un castigo divino. En el futuro la gente hará lo que quiera… En el último Foro de Davos se planteó la creación de un salario mínimo garantizado para que la gente viva, porque el trabajo lo van a hacer las máquinas, y nosotros podremos dedicarnos a actividades creativas e innovadoras, o a viajar, pero no sólo a la playa, sino a la Luna o a Marte, o donde queramos. Esto es algo radical: es el fin de la edad humana. Vamos a vivir un cambio mucho más trascendental que el que vivimos al transformarnos de simios en hombres, porque aquel salto fue de un 1% en nuestro genoma, y ahora va a ser muchísimo más grande. La relación entre los posthumanos y los humanos actuales será como la que nosotros tenemos con las hormigas”.
“Estos cambios tendrán grandes implicaciones en las creencias, porque la religión no tendrá ningún rol en el futuro. Las grandes religiones nacieron para explicar la muerte, las occidentales mediante la resurrección, las orientales mediante la reencarnación. Pero nosotros vamos a curar el envejecimiento y la muerte, porque son enfermedades, y por lo tanto, eliminables. Lo podemos ver en las células, algunas de las cuales no envejecen. El cáncer es la enfermedad más hermosa que hay porque está compuesta de células mutantes que no envejecen y que pueden vivir siempre que tengan comida… Son la prueba de que el envejecimiento no es algo irremediable. La muerte tampoco lo es, y eso se convertirá en el gran problema para la supervivencia de las religiones”.
A Cordeiro tampoco le preocupan los dilemas éticos que planteas estos cambios. Esa “victoria” sobre el envejecimiento se sustenta sobre avances científicos costosos. ¿Sobrevivirán entonces sólo los que se lo puedan permitir? Cordeiro contesta que no. “Todas las tecnologías cuando comienzan son carísimas y malísimas. Pero cuando se masifican se vuelven buenas y baratas, así que acabará estando al alcance de cualquiera. Es como el teléfono móvil, antes era un objeto de lujo y ahora está al alcance de cualquiera”, concluye Cordeiro.
Ciencia ficción o realidad, lo cierto es que las voces que hablan de un futuro sin envejecimiento cada vez se dejan oír más. El transhumanismo es un nuevo asidero del ser humano en su eterna lucha con la muerte. ¿Está cada vez más cerca la victoria del hombre sobre ella?

Conferencia Prospectiva y las Tecnologías del Futuro - José Luis Cordeiro - 8 abr. 2015



domingo, 15 de mayo de 2016

La Cultura del “Nuevo Envejecimiento”



Enrique Pozón Llobato*
Catedrático jubilado,
Doctor en Derecho,
Ciencias de la Educación y Veterinaria.
Académico de la Real Academia de Ciencias,
Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba.
Contacto: pozonlobato.blogspot.com

De “Madurez Activa” nº 27
Hace más de siglo y medio, un maestro regresaba a su casa en un pequeño pueblo. Le llamó la atención una luz en la ventana del zapatero y al asomarse vio a éste trabajando a la luz de una vela a punto de extinguirse. Entró su esposa y le dijo: “ya es tarde, la cena esta lista, ven a comer”. Respondió el zapatero: “Ya voy. Mientras arde la vela, algo puede hacerse”. Se alejó el maestro reflexionando sobre la escena. Al día siguiente les dijo a sus alumnos: “Ayer aprendí una importante lección de un viejo y humilde zapatero: mientras hay vida se puede reemprender el camino elegido”.
El tema de la vejez cuenta con una literatura tan antigua como la Humanidad misma. La Antropología cultural, en su capítulo de Folklore, recoge cientos de refranes y dichos populares que se refieren a la vejez o a consejos que se dan para llegar a viejo, anhelo innato en el ser humano.
Visitaba un humilde párroco rural al pontífice León XIII, que había rebasado ya los 85 años; Su Santidad se había mostrado muy amable con su visitante, y cuando éste se despidió lleno de júbilo y emoción, le dijo: “¡Pido a Dios que le conceda otros 85 años de vida para bien de la Iglesia!”. A lo que León XIII contestó rápido: “No le ponga límites a la gracia de Dios, hermano”.
Lo cierto es que saber envejecer es la obra maestra y una de las cosas más difíciles en el arte de vivir. Se necesita una información objetiva para comprender qué es el envejecimiento; las personas mayores tienen un impresionante bagaje para ser creativos, porque el cuerpo envejece pero no la actividad creadora del espíritu. Precisamente se envejece cuando se deja de crear. En el juego de la vida, la carta más alta es la capacidad de valerse especialmente en la vejez, de las actividades mentales y psíquicas propias, que no depende de una cantidad sino de una calidad que tiene que ver con nuestro esfuerzo.
Si miramos hacia adelante se perfilan nuevos modelos de personas mayores, con más recursos sociales, culturales, educacionales y financieros que protagonizan el inicio de un nuevo proyecto. El siglo XXI pide otro nivel que permita que las personas mayores se impliquen en la sociedad desde el punto de vista de la reflexión y la crítica. Cuando se alcancen el predominio político por razones de superioridad numérica, crearán la Cultura del “Nuevo Envejecimiento”

domingo, 1 de mayo de 2016

¿Umbral fijo o móvil? Nueva forma de medir el inicio de la vejez



Por Diego Ramiro Fariñas, Rogelio Pujol Rodríguez,
y Antonio Abellán García.
Departamento de Población, CSIC
Blog Envejecimiento en red
Determinar una edad fija para marcar el comienzo de la vejez provee una imagen incompleta del envejecimiento y puede ser causa de diseño de políticas poco acertadas. Arbitraria pero generalmente aceptado se ha utilizado el umbral de los 65 años como inicio del período de vejez, y sobre él se ha fundamentado el cómputo del número de personas mayores, su proporción respecto al total de la población, y el proceso de envejecimiento (aumento de esa proporción). Tiene la ventaja de que es fácil de calcular, todo el mundo lo conoce y todos los estudios, planificaciones y leyes, etc. lo han estado utilizando durante décadas, y además nadie lo ha discutido.
Pero tiene también inconvenientes. La edad cronológica no tiene en cuenta que se están produciendo progresos en las condiciones de vida, de salud, de habilidad funcional y de esperanza de vida de la personas. Con la utilización de una edad fija para determinar el inicio de la vejez, no se valoran bien los cambios internos en la distribución por edad de la población ni los costes sanitarios, debido a que la mayor parte de éstos ocurren en el tramo final de la vida, tramo que es cambiante porque la esperanza de vida está aumentando y se espera que continúe esta progresión en el futuro. (…) Gracias a los cambios en las condiciones de vida, es evidente que podríamos decir que los 50 años de edad de ahora son los 40 de hace un tiempo, y esta idea tiene aceptación.
Si en vez de establecer un umbral fijo de la vejez (65 años) como se hace habitualmente, establecemos un umbral móvil determinado por la esperanza de vida, se corrigen en parte los inconvenientes citados. En este caso, lo que crecería sería la duración de la vida previa a la vejez, mientras que mantenemos esa vejez como un intervalo fijo, delimitado por una esperanza de vida, vida restante o años por vivir constantes. (…)
A este nuevo umbral basado en la esperanza de vida o vida restante lo llamamos “edad prospectiva”. Según este criterio, la vejez empieza cuando la gente tiene una edad en la que su esperanza de vida, o vida restante, es de 15 años. Por tanto el umbral de inicio de la vejez es móvil en el tiempo (Figura 1), y la duración de la vejez sería fija, desde ese umbral hasta la muerte. Este umbral/período de 15 años es arbitrario y podría modificarse, pero lo utilizamos para seguir la metodología de otros autores. Se precisan numerosos estudios para confirmar la consistencia de ese umbral, las condiciones de vida de las personas en esa nueva vejez, etc.

Si se utiliza el criterio de umbral móvil se puede obtener otra medida del envejecimiento: la proporción de personas con esperanza de vida de 15 o menos años, según la edad prospectiva, respecto del total de la población. Es una proporción “prospectiva” de personas mayores, generalmente más reducida que la tradicional proporción que se maneja habitualmente en informes y planificación de políticas sociales. La figura 2 recoge la comparación de esta medida (PP15EV), basada en un umbral móvil, con la medida tradicional de porcentaje de personas mayores (PPM), basada en una edad cronológica fija o umbral fijo (65 años).

(…) Hablar de edad prospectiva nos lleva a repensar la edad y el envejecimiento. Y eso es positivo.

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