martes, 24 de octubre de 2017

Ser Mayor en la Sociedad Actual



Ser Mayor en la Sociedad Actual

Ismael Arnaiz Markaida
(Responsable de Programas Intergeneracionales
en la Asociación Hartu-emanak)

No descubre nada nuevo, el decir que la mayor Esperanza de Vida por una parte, y el descenso de las tasas de natalidad por otra, están provocando el envejecimiento de la población en todos los llamados.....Países Desarrollados.
Este es un dato objetivo, pero la cuestión es la valoración que hace, del mismo, la sociedad en su conjunto, y sobre todo quienes tienen responsabilidades de gobierno en esos Países y es que el envejecimiento del conjunto de la población se puede ver como un PROBLEMA o como una OPORTUNIDAD. Y en esta distinta valoración influye muchos factores, pero sobre todo: el concepto, la imagen y la utilidad social que se tenga de las Personas Mayores.
Y es que, si vemos a estas Personas, como miembros pasivos de la sociedad, que no producen pero si consumen, como demandantes compulsivos de los servicios de salud, o como una carga económica para los presupuestos del Estado, tendremos una imagen negativa de este colectivo de personas, y como consecuencia, también, una imagen negativa del envejecimiento. En definitiva, lo veremos como un PROBLEMA que los gobiernos tienen la obligación de resolver, en “beneficio del bien común”.
Y esto es peligroso, ya que, desde un punto de vista puramente economicista, y ante la imposibilidad de aumentar las tasas de natalidad, alguien podría pensar que la solución pasa por frenar o reducir el incremento de la Esperanza de Vida, estableciendo algún tipo de discriminación por motivos de edad en los servicios de salud, recortando más las pensiones para que pierdan calidad de vida, y quien sabe si hasta pueden pensar en la eutanasia.
Como ninguna de estas soluciones serían aceptables en una sociedad moderna, democrática y respetuosa con los Derechos Humanos, lo que se viene proponiendo desde 1982, en la I Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento, es el crear las condiciones sociales, políticas y económicas necesarias, para que el envejecimiento del conjunto de la sociedad pueda ser una OPORTUNIDAD, en lugar de ser un PROBLEMA.
Por eso, en aquella primera Asamblea, y en la segunda que se celebró en Madrid en 2002, se establecieron líneas de actuación política y económica para hacer posible que la etapa del envejecimiento que viven las Personas Mayores, sea SALUDABLE para ellas, y al mismo tiempo RENTABLE para el conjunto de la Sociedad en la que envejecen.
Y fue, precisamente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) quien aportó a la II Asamblea, el documento “ENVEJECIMIENTO ACTIVO UN MAR-CO POLÍTICO”, proponiendo un modelo, una forma de vivir y gestionar el ENVEJECIMIENTO, soportado en tres pilares básicos: la SALUD, la DIGNIDAD y la PARTICIPACIÓN SOCIAL Activa y Solidaria de las Personas Mayores, y todo ello teniendo en cuenta los determinantes del envejecimiento en cada lugar y el respeto a los Principio de Naciones Unidas a favor de las Personas Mayores (1991)     
Un modelo de Envejecimiento como el propuesto por la OMS, cambia totalmente los estereotipos negativos asociados a la vejez, y elimina, o cuando menos reduce, los conflictos que genera algo considerado como PROBLEMA (en este caso las Personas Mayores) bien sean en el contexto familiar como en el ámbito social.

miércoles, 11 de octubre de 2017

Adultos Mayores y Mediación




Ismael Arnaiz Markaida
(Responsable de Programas Intergeneracionales
en la Asociación Hartu-emanak)

Es indudable que, en todas las relaciones humanas, hay momentos en los cuales la intervención de una MEDIACIÓN se hace imprescindible, y con ella, la necesidad de un MEDIADOR .
A lo largo de la historia, han sido muchas las culturas y las civilizaciones en las cuales el MEDIADOR, por excelencia, era al Adulto Mayor. Aquel que era considerado “el anciano”. Recordemos que el SENADO (del latín senex, senis, anciano) fue una de las instituciones principales del gobierno de la antigua Roma.
Pero sin duda, la MEDIACIÓN de los Adultos Mayores no sólo tiene su utilidad en la resolución de conflictos, sino también, y eso es lo más importante, en la prevención y evitación de esos conflictos. Y esto puede ser así en el ámbito de la familia y en el conjunto de la sociedad, fomentando las Relaciones Intergeneracionales.
En octubre de 2004, Kofi Annan, Secretario General de NN.UU., con motivo del Día Internacional de las Personas Mayores, insistía en el importante rol que juegan los Adultos Mayores en sus familias, comunidades y sociedades. Lo hizo con las siguientes palabras: «La Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento (Madrid 2002) animó a los gobiernos a revisar las políticas (...) que promuevan la idea de apoyo mutuo y solidaridad entre generaciones como elementos clave del desarrollo social. Sólo de este modo es posible construir una verdadera sociedad intergeneracional» (United Nations, 2004).
El Adulto Mayor, MEDIADOR en la Familia
Para la mayor parte de los abuelos, la interacción con los nietos es la fuente primordial de satisfacción y afecto. Según Bengtson (1985), el abuelo, la abuela, puede desempeñar  roles diferentes, pudiendo ser:
a) Estabilizador, que brinda seguridad en los momentos de transición
b) Guardián de la familia, sobre todo en momentos de crisis (divorcios, conflictos familiares...).
c) Mediador entre padres e hijos aliviando las tensiones intergeneracionales.
El Adulto Mayor, MEDIADOR en la Sociedad
Todas las sociedades son multi-generacionales, pero eso no es más que una consecuencia demográfica. Lo importante es que sean inter-generacionales. Que personas de distintas generaciones se inter-relacionen, creando redes sociales, sentimientos de comunidad, cohesión social, comportamientos cívicos, y en esta inter-relación también es importante la función de MEDIACIÓN del Adulto Mayor, “ya que las personas de mayor edad sirven como modelos de comportamiento transmitiendo normas, actitudes y valores morales a los miembros de otras generaciones” (Kopera y Wiscott, 2000).
Por eso, las relaciones intergeneracionales son importantes en el proceso de socialización de niños y jóvenes, actuando con carácter preventivo para evitar conflictos y creando un marco favorable para la MEDIACIÓN, en caso de ser necesaria, gracias, en cierta medida, al papel MEDIADOR del Adulto Mayor