domingo, 23 de agosto de 2015

Expectativas y frustraciones en la lucha por las igualdades sociales a lo largo del siglo XX (2/2)




Resumen de la charla impartida el 30-10-2014 en Escuela de Ciudadanía de Hartu-emanak por José Antonio Pérez (historiador)
Parte 2 de 2
Publicado en “Apuntes de Actualidad” nº 2

Por tener una visión de conjunto, en el siguiente cuadro hemos ordenado las luchas a favor de las igualdades sociales en el siglo XX:
La lucha por la independencia de los pueblos colonizados.
La lucha por el sufragio universal.
La lucha por los derechos de las mujeres.
La lucha por el respeto a la identidad sexual.
La lucha contra la discriminación racial.
La lucha por los derechos laborales.
La lucha por el acceso a la educación.
La lucha por el acceso a la sanidad.
El proceso de descolonización de los países dominados y expoliados por las grandes potencias comenzará en los años sesenta. Estos procesos de independencia en algunos casos fueron terriblemente trágicos como sucedió en Argelia. En otros como el Sahara español se abandonó a sus habitantes a su suerte. Ese proceso de independencia política se ha concluido en muchos casos a lo largo del siglo XX, pero no podemos decir lo mismo a nivel económico, para las potencias dominantes en la mayoría de los casos fue más beneficioso darles la independencia política y seguir controlando a esos países a través de camarillas locales y de intereses económicos que seguir gestionando esos países directamente. La declaración de los derechos humanos de 1.948 y otras declaraciones abrieron nuevos espacios para el derecho de los pueblos por tanto podemos decir que aunque el balance es positivo aún queda mucho por hacer.
La lucha por el sufragio universal tiene un claro balance positivo, a pesar de que gran parte del siglo XX la mitad de la población, las mujeres, no tendrán derecho a voto, (España reconoce este derecho en 1.931 y no es de los mas tardíos y en alguno de los cantones suizos no se reconocerá el sufragio universal hasta los años 1970 y 1971). A pesar de que a principios de siglo son muy pocos los países donde existe el sufragio universal (el derecho a votar correspondía a los hombres y en algunos caso para votar o ser elegible había que ser propietario o cumplir otros requisitos de índole económica) a pesar de que ha sido una lucha larga y dura se puede decir que el balance ha sido absolutamente positivo al menos en los países democráticos. El mayor logro en este caso consistió precisamente en conseguir el voto de las mujeres, es decir, el de la mitad de la población.
La lucha por los derechos de las mujeres va ligada en sus comienzos a la lucha por el sufragio universal, derecho en gran medida conseguido por la lucha de las sufragistas. Pero las mujeres a lo Largo del siglo XX han peleado y conseguido diferentes cotas de igualdad en aspectos como: los derechos laborales, la educación, y la sanidad, estas luchas han sido lideradas mayoritariamente por organizaciones de izquierda, (partidos y sindicatos) y en menor medida de ciertos sectores liberales. Y todo ello ha sido posible en gran medida al protagonismo que fueron adquiriendo a partir de su organización dentro del movimiento feminista.
La lucha por el derecho a la identidad sexual ha conseguido logros importantes. Que España fuese uno de los primeros países en el reconocimiento del derecho a ser respetados por igual independientemente de la identidad sexual de cada uno, legalizando entre otras cuestiones el matrimonio entre homosexuales con los mismos derechos que el matrimonio mixto, fue algo muy importante. El matrimonio homosexual fue en principio objeto de chanzas pero hoy ha sido reivindicado como uno de los logros más importantes en materia de derechos para unas minorías tradicionalmente discriminadas y aún hoy criminalizadas en numerosos países, como son los homosexuales.
La lucha contra la discriminación racial. Aquella mujer negra, Rosa Parks, que de regreso a su casa después del trabajo se niega a levantarse del asiento del autobús en EE.UU, será el pistoletazo de salida de una lucha que va a durar hasta hoy con muchas metas por alcanzar, pero sin duda el avance durante el siglo XX en esta materia ha sido muy importante.
La lucha por los derechos laborales. Desde principios del siglo XX ya tenemos algunas leyes laborales en Inglaterra que afectan a los sectores que sufren las más sangrantes injusticias de un modo de producción bestial, que son las mujeres y los niños.
A pesar de que existe la creencia de que España siempre ha ido a remolque en esta materia, la ley de 1.873 durante la Primera República ya protege a las mujeres y a los niños de cierto tipo de trabajos. Estas leyes servirán de base para el desarrollo a lo largo del siglo XIX. Por ejemplo en España acabará por implantarse la jornada laboral de 8 horas mediante una ley aprobada en 1.919 tras una larga huelga en Barcelona. Este logro tuvo su origen en la primera huelga realizada en 1.890 en la Arboleda, en la que ya se planteaba no solo la supresión de las cantinas, en las que obligatoriamente tenían que consumir los mineros y los terribles barracones donde tenían que alojarse, sino que también reivindicaban las 8 horas de trabajo.
Hasta la Segunda República el desarrollo de la legislación laboral sufre altibajos, pero será a partir de 1.931 cuando se den las leyes más importantes en la perspectiva de la lucha contra la desigualdad, esto es, que los trabajadores tengan interlocutores que negocien sus condiciones de trabajo. El reconocimiento de los representantes obreros ante la patronal y las instituciones serán un derecho fundamental para el desarrollo de la negociación colectiva en el futuro.
Tras la Guerra Civil y cuarenta años de dictadura será a partir de 1980 cuando se reanude la promulgación de nuevas leyes laborales a favor de la igualdad en el ámbito laboral.
La lucha por el acceso a la educación. Ver los índices de analfabetismo a principios del siglo XX y a finales de siglo, tanto a nivel global como a nivel español, es indicativo de lo que ha sido una enorme transformación. En los años treinta estamos en índices del analfabetismo de un setenta a un ochenta por ciento y aún a principio de los años ochenta del siglo XX, nueve de cada cien hombres y más del veinte de cada cien mujeres eran analfabetos en Andalucía. Cuando el primer gobierno socialista pone en marcha las primeras leyes de educación todavía había entre los catorce y dieciséis años miles de niños sin escolarizar.
El acceso a la sanidad universal ha sido una de las batallas más importantes que dará sus frutos bien entrados los años ochenta. En 1870 el índice de mortalidad infantil en algunas zonas, como en el área minera de Bizkaia alcanzaba el 250 al 270 por mil. Hoy en día solo en algunos de los países más atrasados del mundo tienen estos terribles índices de mortalidad infantil.
De todos es conocido el intento actual por privatizar la sanidad y en este sentido dejar desprotegidos de nuevo a los más débiles. Este es por tanto un tema por el que tendremos que seguir luchando en el presente y en el futuro.
(Fin del resumen)

domingo, 9 de agosto de 2015

Expectativas y frustraciones en la lucha por las igualdades sociales a lo largo del siglo XX (1/2)




Resumen de la charla impartida el 30-10-2014 en Escuela de Ciudadanía de Hartu-emanak por José Antonio Pérez (historiador)
Parte 1 de 2
Publicado en “Apuntes de Actualidad” nº 2
Cuando uno se desayuna con noticias como que veinte españoles reúnen la riqueza de catorce millones de menos afortunados, quiere decir que algo falla para muchos y algo va demasiado bien para un pocos. El gráfico que figura bajo este párrafo representa la evolución de la desigualdad hasta el 2010 a partir del denominado índice Gini. El cero significa la igualdad absoluta y a medida que nos acercamos a él esto representa una reducción de la desigualdad.
Por el contrario, a medida que nos alejamos de esta cifra se produce un aumento de la desigualdad. A partir de esta premisa podemos observar claramente como del 2008 a 2010 el aumento es meteórico, y esta tendencia al alza continúa hasta la actualidad.
Vemos como esta aceleración de la desigualdad por impacto de la crisis nos sitúa a niveles de los años ochenta, es decir, al comienzo de la transición. Y ello nos permite ya avanzar un dato objetivo: lo conseguido en las últimas dos décadas lo hemos perdido en cuatro o cinco años.
Este aumento de la desigualdad, que no se da solo en España sino a nivel mundial, responde a lo que se ha dado en llamar por algunos economistas e historiadores como “la gran divergencia”, o lo que es lo mismo, un proceso de aumento de la desigualdad tras un periodo de largo crecimiento durante el que se había procedido a alcanzar diversas metas de igualdad. Este giro radical hacia el crecimiento de las desigualdades sociales, no es solo fruto de los mercados, sino además y sobre todo, responde a la puesta en práctica del ideario de un proyecto político muy concreto, el Neoliberalismo.
El concepto de Desigualdad.
Para seguir hablando de todo esto, sería conveniente tener un concepto de lo que es la desigualdad y todo lo que ello implica.
Entre muchas definiciones que podemos encontrar he elegido estas dos:
… y de las -El término desigualdad social hace referencia a una situación socioeconómica en la que un grupo o minoría recibe un trato diferente por parte de otro individuo o colectivo con mayor poder social. Las causas de la desigualdad social pueden deberse a razones culturales, religiosas, étnicas, de género…
-La desigualdad se manifiesta en muchas ocasiones a través de aislamiento, marginación y discriminación. Las desigualdades abarcan todas las áreas de la vida social: diferencias educativas, laborales, e incluso pueden llegar a convertirse en diferencias judiciales.
Un poco de Historia.
Uno de los primeros autores que teorizó en torno a la desigualdad fue Rousseau que ya en el siglo XVIII escribió “El origen de la desigualdad entre los hombres”. Junto con otros libros como el “Contrato Social”, va a ir sentando las bases y los principios de la Revolución Francesa y Americana y de los derechos básicos e inalienables del hombre. En el citado libro ya se exponían los argumentos fundamentales de la desigualdad social:
“Considero en la especie humana dos clases de desigualdades: una que yo llamo natural o física…de edad, de salud cualidades del cuerpo y del alma; otra, que puede llamarse desigualdad moral o política porque depende de una especie de convención y porque ha sido establecida, o al menos autorizada, con el consentimiento de los hombres. Esta consiste en los diferentes privilegios de que algunos disfrutan en perjuicio de otros, como el ser más ricos, más respetados, más poderosos y hasta el hacerse obedecer”.
Estas ideas se enmarcan en el final del Antiguo Régimen y son el comienzo de un largo proceso de transformación social que arranca en el último tercio del siglo XVIII y que terminó de consolidarse en el siglo XIX, dando paso a la sociedad contemporánea, donde se establecerán como principios fundamentales: La igualdad, la libertad, la fraternidad y no lo perdamos de vista: la propiedad, puesto que estamos hablando de una revolución burguesa. En la declaración de Independencia de Estados Unidos (1776) se hace referencia explícita además de a estos derechos, al derecho de los gobernados a revelarse contra los gobernantes, algo sobre lo que se está teorizando en la actualidad.
Es el comienzo de la lucha por las desigualdades, es la época de las revoluciones burguesas pero es también la época de la revolución industrial. Inglaterra, ya desde el siglo XVIII, comienza transformar el viejo orden social y económico, aparecen nuevos grupos sociales, fundamentalmente el proletariado.
Estamos pasando de una sociedad estamental a un nuevo orden social. Tanto la revolución industrial como la liberal llegarán a España de una forma más tardía, pero sus consecuencias serán igualmente devastadoras. Cuando la siderurgia británica necesite un mineral de hierro con bajo nivel de fósforo para la transformación del hierro en acero, las minas de Bizkaia van a ser proveedoras de esa materia prima. Todo esto va a transformar no solamente la estructura económica, sino básicamente la estructura social y como consecuencia de ello vamos al comienzo de un flujo migratorio que llega a las zonas industriales y aparecerán nuevos partidos, (Partido Socialista Obrero Español y Partido Nacionalista Vasco en nuestro caso). Todo ese mundo, construido a partir de valores profundamente arraigados en valores tradicionales va a saltar por los aires.
La era del Capitalismo.
Esta sociedad que va surgiendo de la revolución liberal e industrial va generando nuevos grupos sociales, como el proletariado y la burguesía industrial y generando unas desigualdades que serán la base misma del capitalismo. Esta desigualdad se manifestará de diversas formas y una de las más patentes será la del imperialismo, es la época de los grandes imperios, las grandes potencias ávidas de materias primas y nuevos mercados se reparten continentes enteros como África para esquilmar todos sus recursos. Salvo alguna excepción de países emergentes, estos países siguen hoy en día siendo los más pobres del planeta A partir de la reunión de Berlín de 1884-85 donde el imperialismo establece las fronteras de África, el ámbito de influencia de cada potencia y la importancia de cada una de ellas en el contexto mundial, será donde se sienten indirectamente las bases de la desigualdad a nivel de países que salvo excepciones llegará a hasta nuestros días.
Hasta aquí hemos tratado de dar una referencia histórica del origen de las desigualdades que nos sirva como base para hablar de las desigualdades hoy en día.
El siglo XX. Cien años de avances y retrocesos.
Ya en el siglo XIX diferentes teóricos, economistas y filósofos, van a exponer sus ideas sobre las desigualdades. Adam Smith, teórico liberal por excelencia, planteará la desigualdad y el egoísmo como un elemento positivo que contribuya a la dinamización económica, Frente a él, desde los socialistas utópicos hasta los socialistas científicos como Marx y Engels van a teorizar de otra manera sobre la desigualdad social y como luchar contra ella. Serán por tanto los movimientos socialistas e izquierdistas en general –incluidos los la lucha contra las desigualdades. Una parte del liberalismo luchará también a favor de los derechos individuales pero no tanto contra las desigualdades sociales.
En la lucha por la igualdad el siglo XX será un periodo de avances pero también anarquistas- quienes van a ser los protagonistas fundamentales de del comienzo de un claro retroceso a partir de los años setenta. España en este siglo verá reducidas de una forma importante las desigualdades sociales y logrará situarse en una aceptable posición hasta finales de siglo, al menos en teoría.
Después descubriremos como las cifras escondían importantes elementos de desigualdad, sobre todo en un mercado laboral español que a partir de los años ochenta se fue fraccionando, se fue precarizando, se fueron asentando aspectos que han terminado por constituir elementos casi estructurales de nuestro mercado laboral.
(continua en parte 2)