martes, 24 de septiembre de 2013

Unir generaciones. Vincular grupos de edad



  por Dña. Sacramento Pinazo Hernandis
Profesora de Psicología Social. Universidad de Valencia


En los últimos 10 años habitualmente realizo dos preguntas a mis estudiantes en la Universitat de València. La primera es con qué frecuencia se relacionan con personas mayores de 55 años en su vida cotidiana, a excepción de sus familiares. La respuesta siempre ha sido la misma: “Nunca. Con nadie”. Cuando les he preguntado por la satisfacción con la relación son sus abuelos, la respuestas siempre han sido como éstas: “Mi abuelo/a es (ha sido) la figura más importante en mi vida/ Él/ella me ha enseñado los valores que tengo/Tengo mucha confianza con él/ella/Siempre cuento (contaba) con él/ella como mi confidente, mi asesor/a, mi amigo/a”.

Mi conclusión es: los jóvenes no se relacionan con las personas mayores habitualmente, pero cuando tienen la oportunidad, están muy satisfechos con ello. Estas dos ideas me llevaron a plantear la realización de proyectos intergeneracionales en las aulas universitarias hace unos cuantos años. Bajo el nombre de “Diálogo entre Generaciones desde la Universitat de València hemos llevado a cabo diversos proyectos con un mismo objetivo: poner en contacto a personas de generaciones diferentes en una tarea común. Cuando dos generaciones se relacionan, ambas ganan. La idea es lograr que las actitudes positivas desarrolladas en una situación de contacto óptimo interpersonal se generalicen más allá de la interacción dada en el aula, en un contexto que los psicólogos llamaríamos “de laboratorio”.


Los efectos positivos del contacto están mediados por cambios en las representaciones cognitivas de los individuos sobre el endogrupo, el exogrupo y sus relaciones. Un modelo de cambio que parte de esta hipótesis del contacto es el modelo de la personalización. Se basa en el supuesto de que los efectos positivos del contacto están mediados por un proceso de recategorización. Así, según este modelo, una situación óptima de contacto activa cambios en la percepción de los miembros de los grupos porque en esta situación se pone de relieve la información personalizada sobre los otros independientemente de la categoría social a la que pertenecen. Jóvenes y mayores se conocen más y mejor y dejan de pensar en los otros (el exogrupo) como “todos iguales y respondiendo al estereotipo”. El contacto reduce el antagonismo intergrupal ya que promueve la interacción entre individuos únicos y no entre miembros de diferentes grupos de pertenencia. Asimismo, se asume que a través del uso frecuente de información personalizada, los participantes en la interacción aprenden a actuar y reaccionar más como individuos y menos como miembros de grupo en diferentes situaciones, lo que explica la generalización de los efectos positivos del contacto. Para Pettigrew (1998), en la fase inicial, la situación de contacto debe minimizar la relevancia de las adscripciones grupales “originales” de los participantes de la interacción, proporcionando información personalizada, y posibilitando la mezcla; esto permitiría el descubrimiento de similitudes, estimulando la atracción interpersonal, el potencial de amistad y el vínculo.

Diferentes proyectos intergeneracionales muestran los beneficios del contacto entre generaciones. Siempre que esté planteado para buscar un acercamiento y un conocimiento mutuo, siempre y cuando tenga presente beneficiar a ambos grupos, unir generaciones será bueno para los participantes y para la comunidad en general.

1 comentario:

  1. Nadie ama lo que no conoce, ni aprecia lo que no ha experimentado. Las relaciones intergeneracionales, cuando se producen, crean unos vinculos con resultados muy positivos para todas las generaciones. BERGARA

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