domingo, 5 de enero de 2014

Taller Conferencia Sacramento Pinazo



María Alonso Trueba
Alumnas de Educación Social de la Escuela de Magisterio de la EHU /UPV
en prácticas en Hartu-emanak
La jornada del pasado jueves 28 de noviembre sobre la solidaridad intergeneracional y el envejecimiento activo (Taller de proyectos intergeneracionales celebrado en Portugalete), me hizo reflexionar sobre algunas cuestiones que se mencionaron allí y creo importante destacar las siguientes.
Las percepciones que unas personas tenemos acerca de otras juegan un papel importante en nuestra voluntad de acercarnos y mantener relaciones con otros. Se ha planteado mucho el tema de cómo son percibidas las personas mayores por el resto de miembros de la sociedad. Según estudios contrastados las personas mayores son percibidas por la sociedad, sobre todo, como molestas, inactivas y tristes. Esta visión contrasta con la que tienen las personas mayores de sí mismas: más divertidas, menos tristes y más activas de lo que los demás piensan. Lo preocupante de datos como estos es que muchas personas mayores tienden a comportarse en base a la imagen dominante de la sociedad. Este es otro motivo para impulsar relaciones intergeneracionales positivas, que mejoren la imagen que las generaciones más jóvenes tienen de las personas mayores.
Otro punto a destacar son las relaciones abuelos-nietos, suelen ser positivas, y se ponen en marcha sobre la base del respeto y del cariño. La gran mayoría de las personas mayores se sienten bastante o muy satisfechas con su relación con los nietos; y, en el caso de actuar de cuidadores, prevalece la sensación de que cuidar a los nietos es más un placer que una obligación.
Pero la realidad es que existen estereotipos y generalizaciones alrededor de todo aquello que rodea a las personas mayores, que ha significado sobre todo la emergencia de una realidad que es preciso reconocer, una nueva generación de personas mayores.
En cuanto al contexto social creo que pretende adoptar una visión del envejecimiento como un proceso natural en la vida de las personas, una experiencia positiva, y no como un problema. Que requiere un cambio de las actitudes sociales, a partir de la superación de aquellos discursos que transmiten un concepto de persona mayor pobre, infantil y limitado. Queremos conseguir la inclusión y participación activa en la sociedad del colectivo de personas mayores, más allá del ámbito del bienestar social al que tradicionalmente se ha circunscrito su participación, en todas las esferas y dimensiones de la política, y en contra de una “exclusión por edad”.
El envejecimiento positivo tiene que ir más allá de la participación de las personas mayores en iniciativas solidarias. La incorporación de otras dimensiones como fuente de participación social es necesaria para que se represente la realidad de las personas mayores y su aportación a la sociedad.

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