domingo, 22 de diciembre de 2013

Historia y evolución de los Programas Intergeneracionales



de “Los Programas Intergeneracionales”
Publicación Hartu-emanak
 

  “Es necesario fortalecer la solidaridad entre las generaciones y las asociaciones intergeneracionales, teniendo presente las necesidades particulares de los más mayores y los más jóvenes, y alentar las relaciones solidarias entre generaciones”  Naciones Unidas – Conclusiones de la II Asamblea Mundial sobre Envejecimiento – Madrid 2002

El desarrollo histórico de los Programas Intergeneracionales (PI) puede dividirse en tres fases. Podemos señalar la primera en Estados Unidos, en las décadas de los sesenta y setenta (del siglo XX), siendo la razón de ser de estos programas el distanciamiento ente las generaciones. La segunda fase, hasta los años noventa, y también situada en Estados Unidos, pasó a estar caracterizada por la utilización de los PI para abordar problemas sociales relacionados con las necesidades culturales, sociales y económicas. Por último, en la tercera fase, en la que nos encontramos, además del incremento del uso de los PI como instrumento para el desarrollo comunitario, estamos siendo testigos de la emergencia de estos programas en el entorno europeo.
Como ha quedado apuntado, los primeros PI nacieron a finales de los años sesenta fruto de la creciente toma de conciencia de que la separación geográfica de miembros jóvenes y mayores de las familias, consecuencia de la reubicación familiar debida a los cambios en el mercado laboral, estaba teniendo efectos negativos sobre dichos miembros y sobre las relaciones entre ellos. Esta separación estaba ocasionando la pérdida de interacción entre mayores y jóvenes, el aislamiento de las personas mayores y la aparición de percepciones mutuas erróneas, mitos y estereotipos, entre estas generaciones. Como consecuencia de estos cambios y efectos se organizaron los primeros PI.
Dos décadas más tarde, en la segunda fase, los PI cambiaron su razón de ser: pasaron a ocuparse de paliar problemas que afectaban a esas poblaciones más vulnerables, niños/jóvenes y personas mayores: la baja autoestima, el abuso de las drogas y el alcohol, los bajos resultados escolares, el aislamiento, la falta de sistemas de apoyo adecuados, el desempleo y la desconexión con la familia y con la sociedad.
A comienzo de los años noventa los PI ampliaron su espectro de actuación e intentaron apoyar los esfuerzos para revitalizar las comunidades, lo que, a la larga, podría traer consigo la reconexión de las generaciones. Este último objetivo es quizá el que está más en sintonía con la construcción de una sociedad para todas las edades.
A finales de esta misma década comenzaron a desarrollarse los PI en Europa. Aparecen como respuesta a problemáticas tales como la difícil integración de las personas inmigrantes, en el caso de Holanda, como cuestiones políticas relacionadas con la inclusión y los nuevos roles de las personas mayores, en el Reino Unido, o como la percepción de una cierta crisis en los modelos de solidaridad familiar tradicionales y el interés por impulsar un envejecimiento activo, en el caso de España.
La mejor muestra de esta especie de despertar de los PI fue la creación, en 1999, del Consorcio Internacional para los Programas Intergeneracionales (ICIP), como respuesta a la insistencia de Naciones Unidas, hacia los Estados, a considerar la práctica intergeneracional como un método para promocionar la inclusión social y aumentar el capital social.
Los objetivos del ICIP son los siguientes:
·         Desarrollar métodos sistemáticos que permitan comprender por qué funcionan los programas intergeneracionales.
·             Fomentar la importancia de los programas intergeneracionales como agentes del cambio social global.
y las características que el ICIP ha definido como esenciales para el éxito de los programas intergeneracionales, son las siguientes:
·              Demuestran tener beneficios mutuos para los participantes.
·        Establecen nuevas funciones y/o perspectivas sociales para los participantes jóvenes y ma- yores.
·             Pueden involucrar a múltiples generaciones y han de incluir, como mínimo, a dos generaciones no contiguas y no de la misma familia.
·       Promueven una mayor concienciación y una mejor comprensión entre las generaciones más jóvenes y de más edad y una mayor autoestima para ambas generaciones.
·             Se ocupan de cuestiones sociales y políticas importantes para las generaciones implicadas.
·             Incluyen los elementos que caracterizan a una buena planificación programada.
·             En ellos se desarrollan las relaciones intergeneracionales.

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