La Relación abuelos-nietos ¿Cuidar, Criar, Apoyar?
por Sacramento Pinazo
Experta en
relaciones intergeneracionales
II Jornadas de
Hartu-emanak en favor del diálogo
entre generaciones
(Publicado en Gara el
22 mayo 2011)
Profesora de Sicología social de la Universidad
de Valencia, es una veterana experta
en envejecimiento activo y en las relaciones intergeneracionales. Ha estado en
Bilbo para hablar de las relaciones entre abuelos y nietos, invitada por la
asociación de mayores Hartu-emanak.
«Las abuelas por parte materna son las preferidas de los nietos, pero por decisión de las madres»
Cuenta, en primera persona, que antes de dar a luz su
madre, profesora a punto de jubilarse, le advirtió: «Yo no voy a cuidar a tu
hijo; si me necesitas para momentos puntuales, ahí estaré, pero no para
cuidarle todo el día. Me jubilo y quiero hacer muchas cosas».
Sacramento Pinazo, experta en relaciones
intergeneracionales y profesora de Sicología Social, asume que para mucha
gente, muchos abuelos y abuelas, esta postura puede pecar de egoísta. Sin
embargo, es tan respetable, entiende, como la de «la futura abuela que le dice
a su hijo o hija que tenga descendencia si quiere, que ella está dispuesta a
cuidar de esos niños que vengan». Es más, abuelos y abuelas de hoy, “condenados”
en demasiados casos a hacerse cargo de sus nietos, observan con envidia esa
postura “egoísta”.
Los llaman abuelos-canguro, abuelos-cuidanietos, hasta ha
nacido ya un nuevo síndrome como es el de la abuela-esclava. ``La relación abuelos-nietos:
¿Cuidar, criar, apoyar?'' es el título de la conferencia impartida por esta
profesora con más de quince años de investigación en este campo de la
intergeneracionalidad. «Lo que queremos observar es si es más lo malo o es más
lo bueno de tener que cuidar a los nietos», anticipa.
En EEUU, comenta esta experta, lo llaman el «rol sin rol»,
o lo que es lo mismo, los abuelos y abuelas han sido empujados a hacer de
padres, de maestros, «pero en realidad no lo son; hacen cosas de padres y
maestros, pero su papel no está claro». Pinazo rechaza, por ejemplo, el «mal
uso del término abuelo», por estar ligado a personas por encima de los 65 años,
«que ya no valen». En cambio, propugna, «ser abuelo es una segunda oportunidad
para la paternidad, sobre todo en el caso de los hombres, que muchos se la
perdieron. “Hago con mi nieto cosas que nunca pude hacer con mis hijos”, dicen
algunos».
Una segunda oportunidad cargada, además, de una dilatada
experiencia sobre la vida.
Dice un proverbio africano que la vida de un individuo no
está completa si no tiene abuelo. Por eso, su presencia en la vida de sus
nietos es un aporte cuyo valor muchas veces se pasa por alto. «Los nietos
suelen decir que aprenden muchos valores de sus abuelos», apunta Pinazo.
Por ejemplo, los estudios señalan que una de las
actividades que los abuelos realizan más frecuentemente con sus nietos es
hablar. De sus respectivas vidas, del colegio, de deportes, de los amigos. «Las
conversaciones con los abuelos se dan en una atmósfera de paz, entendimiento,
escucha activa y tolerancia, algo que no siempre ocurre con los padres»,
considera Pinazo.
Parece evidente la necesidad de formar parte activa de esas
pequeñas vidas, pero el problema viene a la hora de establecer en qué medida y
cómo. Esta profesora valenciana
apuesta por ello, «pero sin pasarse, porque en el punto medio está la virtud».
A su juicio, «los abuelos requieren seguridad en sí mismos para ejercer con
naturalidad su función de cuidadores, y, para ello, se hace necesario el
diálogo con sus hijos». Para ella es clave. «La relación que yo tenga con mis
nietos, dependerá mucho de la relación que yo tenga previamente con mis hijos,
o sea, sus padres». Diálogo y establecimiento de unas reglas, sostiene.
Esa buena relación con los nietos dependerá también de
muchos factores, como la edad de los abuelos, el género, su salud, la distancia
de residencia..; y -llama la atención esta experta- el linaje. «Todos los
estudios revelan que los nietos prefieren más a sus abuelas por parte materna.
Éstas ganan por goleada en el ranking
de preferencia de los nietos, seguidas de los abuelos por parte materna, la
abuela por parte paterna y, el último, el abuelo por parte paterna. Y tiene su
sentido: las mujeres tendemos a ir más a casa de nuestras madres. Al final, los
abuelos maternos están más implicados en la crianza del nieto, pero sobre todo
por decisión de las madres», explica.
Canguros o cuida-nietos, su papel es fundamental hoy para
conciliar la vida familiar y laboral. Pero Pinazo reflexiona: « ¿Corresponden
luego los hijos con el sacrificio que hacen los abuelos con sus nietos?».
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