Por Ismael Arnaiz Markaida
“Las personas mayores somos quienes más contribuimos para que aumente la tasa de natalidad”
No es una farolada. No es presumir de lo que ya no
podemos hacer. Es una realidad: “las personas mayores somos quienes más
contribuimos para que aumente la tasa de natalidad”. Me explico.
Nuestra sociedad está envejeciendo. Las estadísticas
lo confirman. Desde muchas instancias están alertando del peligro de este
envejecimiento del conjunto de la población. Una de las razones está en las bajas
tasas de natalidad. Las Instituciones Públicas han puesto en marcha distintas
políticas para cambiar esta tendencia: deducciones fiscales por los hijos,
políticas para la conciliación laboral y familiar…
Pero la tasa de natalidad no se recupera, y es que,
“como están las cosas”, ¿alguien cree que una pareja se puede decidir a tener
un hijo por una deducción fiscal de 400 euros al año? ¿o que puede correr el
riesgo de perder su trabajo por solicitar una baja maternal o una reducción de
jornada para atender a los hijos? ¿o simplemente ver reducidos sus ingresos, en
una crisis económica como la que estamos padeciendo?
En cambio, lo que sí anima a las parejas jóvenes a
tener hijos, es la seguridad de contar con unos abuelos/aitites que se hagan
cargo de la atención de sus nietos. ¡Eso sí que es eficaz! ¡Eso sí que anima a
tener hijos! ¡Eso sí que contribuye a aumentar, o cuando menos mantener, la
tasa de natalidad!
Entonces, ¿no es justo reconocer que las personas
mayores, en nuestra condición de abuelos/ aitites, somos quienes más
contribuimos a que sigan viniendo niños a este mundo?
Y es que, ¿alguien cree que no es tentador, incluso
decisivo, a la hora de decidir tener un hijo, el saber que van a contar con la
atención de los abuelos/aitites? Una atención segura, con experiencia, llena
de amor, de cariño, de ternura, incondicional, sin horarios, sin
reivindicaciones laborales, y además… ¡gratuita! ¿Hay alguien que dé más?
Y siendo esto así, ¿por qué se sigue viendo el aumento
del número de personas mayores como un problema? ¿Será por aquello de que, lo
que se da de forma gratuita no se valora? ¿Será porque la sociedad sigue
considerando que el tiempo de las personas mayores es tiempo libre,
que no sabemos en qué ocuparlo, y que así, atendiendo a los nietos, nos “dan”
una oportunidad de “hacer algo”, de no aburrirnos, de sentirnos útiles? ¡Vamos,
que nos hacen un favor!
Estas ideas, esta concepción de las personas mayores y
de su “tiempo”, no me las invento, están en la sociedad, y yo siempre que puedo
respondo de la misma manera: “las personas mayores no tenemos tiempo libre,
no tenemos tiempo que otros nos tengan que decir en qué ocuparlo. Las personas
mayores disponemos de tiempo y es cosa nuestra en qué o a qué lo dedicamos. Y
esto es importante, ya que el tiempo es la vida, y cuando damos tiempo, estamos
dando vida, esta-mos dando nuestra vida, y lo menos que podemos esperar es que
se valore”.
Insisto, las personas mayores “disponemos de tiempo”,
que no es lo mismo que “tener tiempo libre”. No somos taxis con el cartel de
“libre”, esperando a que alguien venga a decirnos donde tenemos que ir.
El día que la sociedad se dé cuenta delcapital social y cultural que tenemos las personas mayores, la percepción que tiene de este colectivo canbiará radicalmente. A partir de ese momento, la importante será cómo aprovechar ese capital.
ResponderEliminarDesde luego que se esta perdiendo un gran capital no aprovechando las posibildads que tiene este colectivo tanto en conocimientos, como fuerza de trabajo en hacer nuevas cosas, en posibilidad de enseñanza, etc, etc.
ResponderEliminar