domingo, 5 de enero de 2020

Reyes Magos


by Poncio Pilato

Mañana es la celebración de los Reyes Magos. No sabemos cuántos eran. El evangelio de Mateo (el único evangelista que los menciona en su capítulo 2) solo dice: “…llegaron del Oriente a Jerusalén unos magos diciendo: «¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer?». Porque hemos visto su estrella en el oriente y hemos venido para adorarle.”
Por la descripción de Mateo hay que considerar a los magos en el sentido que tenia la palabra en tiempos de Jesus. Y ese sentido lo sabemos  por la obra de Filón de Alejandría, filósofo judío contemporáneo de Jesús. Serían hombres respetables, puede que sacerdotes del zoroastrismo (o no) la religión de Persia (actual Irán), hombres religiosos y científicos que se dedicaban a estudiar la astronomía y su repercusión en la vida de los hombres, la astrología en el buen sentido. Sabios que se dedicaban a la ciencia de los astros. No queda claro, si pertenecían también a la clase sacerdotal o no de la religión zoroástrica. En el Evangelio de Mateo representan a los paganos cultos, y con ello indica el evangelista que lo mejor de la ciencia y la religiosidad del paganismo lleva hacia Jesús.
Mateo añade más adelante (2-11): “…vieron al niño con María su madre, y postrándose le adoraron. Entonces abrieron sus tesoros y le ofrecieron presentes de oro, incienso y mirra”
Parece ser que por el hecho de traer tres dones, se dio por sentado que eran tres los personajes que los traían. Como antecedente se puede citar que Seleuco I Nicátor ofrendó oro, incienso y mirra a Apolo en su santuario de Dídima, en el 288 a. C (Carta de Seleuco conocida como “Inscripción OGIS 214” recogida en Bernard Haussollier y Emmanuel Pontremoli: Didymes, Fouilles de 1895 à 1896, ed. Ernest Leroux, París, 1904).
Posteriormente se les da nombre. La primera vez que surge el nombre con que hoy conocemos a los Reyes Magos es en la iglesia de San Apolinar Nuovo, en Rávena (Italia). El friso de la imagen está decorado con mosaicos de mediados del siglo VI que representan la procesión de las Vírgenes. Esta procesión está conducida por tres personajes vestidos a la moda persa, tocados con un gorro frigio y su actitud es la de ir a ofrecer lo que llevan en las manos a la Virgen que está sentada en un trono y tiene al Niño en su rodilla izquierda. Encima de sus cabezas se pueden leer tres nombres, de derecha a izquierda: Gaspar, Melchior, Balthassar...
Inicialmente representan las edades del hombre. Melchor un anciano de cabello blanco y larga barba, Gaspar la edad media y Baltasar la juventud: joven, imberbe y rubicundo..,.
Desde la Baja Edad Media, las representaciones iconográficas de Baltasar lo representan como una persona de raza negra, quizás por cierto afán cosmopolita del cristianismo de la época1​ y representar la adoración de los "Reyes" de "todos los continentes" a Jesús.
De principios del siglo XVI se conserva al menos una representación de Baltasar como indígena americano, en una pintura portuguesa.
Tradicionalmente. Baltasar es el portador de la mirra como regalo para Jesús niño. La mirra se utilizaba en los entierros, para perfumar a los muertos. Es una resina que se obtiene de los arbustos del género Commifora, y tiene efectos analgésicos parecidos a los de la morfina. En el evangelio de Marcos aparece, mezclada con vino, cuando le fue ofrecida a Jesús torturado antes de ser crucificado; dice el texto que él rechazó tal bebida. No entendemos por qué este rey pudo ofrecer a un niño esta substancia.
Hoy en día el papel de los tres reyes debe ser diferente. Gaspar es una mujer. Porque lógicamente este grupo de adoradores de Jesús también representa a la mujer. I debe ser conocida por su nombre: Gaspara. No, no me acabo de inventar el nombre. Este nombre se existido siempre. Por ejemplo Gaspara Stampa, poetisa italiana del siglo XVI (Padua, 1523-Venecia, 1554).
Melchor es el rey negro (de color de piel negro). No es correcto poner al negro de sirviente de los otros en la cola de la hilera, además va a la cabeza porque es el que mejor conoce el camino. Y finalmente Baltasar que representa la ancianidad y el fin de l vida.
¡Cuántas más cosas podría yo contar yo de ellos! No llegué a conocerlos, pero Herodes cenó con ellos en su castillo cuando llegaron, ya que debían de andar un poco despistados y fueron a casa de Herodes a preguntar. No tuve mucha relación con Herodes por nuestra diferencia de edades, pero por razón del cargo sí que nos relacionamos y era entonces cuando Herodes me contó muchos detalles que aún no he olvidado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario