Parte de
la síntesis del trabajo realizado por
alumnado
de Educación Social en las
I Jornadas
de sensibilización para
una acción
social transformadora
de y con
las personas mayores
Bilbao, 4 al 6 de Noviembre de 2003
Las
personas mayores forman un colectivo muy amplio, con características
diferentes, pero con un elemento común, que es su experiencia y los saberes
construidos a lo largo de mayores, dice con vigor una persona en una de
los grupos de trabajo. Entonces, una sociedad como la actual donde el
conocimiento es el valor principal no puede permitirse el lujo de despreciar y
no incorporar toda esa sabiduría conseguida a fuerza de vaivenes, de alegrías,
de relaciones, de “tortazos”, en fin, de vivir. Es un legado que está ahí, de
toda la humanidad.
Pero, se
ha de empezar quizás por uno mismo, por creer que es posible, que podemos
seguir contribuyendo a mejorar la calidad del mundo. Recogemos un testimonio
que encierra en sí ese pensamiento: La actitud de las personas ante lo que
somos capaces de su vida. Esta afirmación, aunque escueta, encierra en sí
numerosas verdades y matices.
Desde el
momento que traemos a colación saberes y experiencia hablamos de riqueza
cultural. Creemos que tenemos mucho que aportar a la sociedad y que es
importante que nuestras voces se escuchen en todos los foros, no solo en los
relacionados con las personas aportar es muy importante. Debemos saber
valorarnos como personas. Somos personas con inquietudes y tenemos mucho que
aportar.
Y, para
ello, nos damos cuenta que es importante precisamente la historia de vida que
hemos tenido, el tipo de compromisos que hemos adoptado en otras épocas de
nuestra vida y los que estamos dispuestos a asumir.
Las
personas mayores cuentan con capacidad de decisión, saben lo que quieren y,
básicamente, lo que quieren es que sus voces se escuchen para construir junto
con otros colectivos una sociedad mejor. La edad nunca debe ser la excusa ni
una limitación, sino todo lo contrario, es una oportunidad para decidir qué
hacer, cómo y por qué hacerlo. La recuperación de estas voces, su incorporación
en el hacer social es una tarea urgente en la que los auténticos protagonistas
son precisamente las personas mayores.
Un teórico
escribió en algún lugar que estamos ante la “revolución de las canas” que conduzca a las personas mayores “más allá”
de lo instituido y programado para ellas, “más allá” de foros como los Consejos
de mayores, porque en el fondo y en la forma los mayores tienen y sienten un
compromiso con la sociedad en su conjunto, con todas las problemáticas que
afectan a nuestras vidas por lo que quieren aportar su voz a cuantas
plataformas sociales existan, puesto que éstas son representativas de las
temáticas que a los humanos nos preocupan: los jóvenes, la marginación, la
vivienda… y, un sinfín, de problemas que hemos de afrontar entre todos y todas
porque estamos afectados por ellos y relacionados con los mismos.
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