domingo, 19 de octubre de 2014

La importancia de la Educación en la sociedad que vivimos



por Blanca Martínez
alumna de 3º Educación social
en prácticas en Hartu-emanak

El mundo en que vivimos está expuesto a muchos cambios rápidos y profundos y la educación debe trabajar para que las personas afrontemos esos cambios. En otras palabras la educación debe de ser la protagonista de los complejos cambios sociales  haciendo efectivo el compromiso en dar respuesta con proyectos innovadores en la formación en valores, el desarrollo de actitudes creativas, conscientes y responsables de los ciudadanos.
He podido observar que en las sociedades modernas las ideologías se han vaciado y es la economía quien dicta en función de “tanto tienes tanto vales” y si tengo más, puedo más…. en definitiva que prima, el “tener” frente al “ser”. Asimismo en la cultura actual me resulta inquietante la pérdida de la razón humana. Según Habermas la razón se ha convertido en un instrumento para la persecución de los fines establecidos, a través de una rígida conformidad a las reglas metódicas.
La sociedad actual es competitiva, individualista y productiva no fomenta la cooperación entre generaciones. Infravalora y abandona  a las personas mayores e idolatra la eterna juventud. En ella se valoran más, los resultados o el producto obtenido que el proceso recorrido. Todo esto deja a las personas mayores en una situación de vulnerabilidad con grave riesgo de exclusión social.
Es evidente entonces que la educación debe ayudar al individuo a comprender el mundo y a comprender a los demás, para comprenderse a sí mismo, tornándolo persona humana en su más profunda acepción, lo que significa entonces que la educación debe ser la base y también debe de estar presente en todos los momentos de la vida, en todos los ámbitos de la actividad humana, preparándonos para la participación conjunta de la vida social.
Como futura educadora social puedo entender que efectivar la educación desde una vertiente social requiere cambios significativos que afectan a los planteamientos y los procesos metodológicos tradicionales. Es importante saber integrar los Derechos Humanos y los valores cívico-sociales en los proceso de enseñanza-aprendizaje con el objetivo de superar las desigualdades sociales. Para ello, es necesario definir bien las finalidades de la educación, concibiéndola como un principio básico para el desarrollo completo de un individuo con la capacidad de abrirse a una sociedad pluralista.
En consecuencia para cambiar el estilo de vida de las personas debemos trabajar la autorreflexion, para tener más conciencia de nosotros/as mismos/as, para responsabilizarnos de nuestros/as acciones, para comprometernos con el cambio, de hecho esto es el aprendizaje y la transformación.
Como bien señala José Ortega Esteban “Se trataría de que, en el espacio y el tiempo de la vida, aprendamos a aprender y conocer, a hacer, a vivir juntos y a ser nosotros mismos” (2005).
De acuerdo con los razonamientos que se han venido realizando, la finalidad última de la educación es la humanización, donde todo ser humano, a través de la educación transformadora, puede ser libre y feliz.

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