martes, 14 de febrero de 2017

Presente convulso y futuro incierto



baketik

Está extendida la convicción de que las generaciones más jóvenes por primera vez vivirán peor que sus progenitores. En 1917, al menos en la Europa de la I Guerra Mundial, toda una generación quedaba diezmada entre las trincheras y los frentes de guerra. Hoy, cien años más tarde, las nuevas generaciones, son hijos e hijas de sistemas calificados como democráticos, y cuentan con derechos, no sólo civiles y políticos, sino en muchos casos, económicos y sociales. Sin embargo, parece que el presente destila tristeza y, el futuro, se muestra incierto. Los numerosos hechos y actos que consideramos injustos y generadores de sufrimiento, así como la sobreexposición mediática de algunos de ellos (no de todos), nos ubican ante un contexto muy convulso.
Cinco procesos generadores de sufrimiento injusto:
·       Crisis económicas: Por primera vez en décadas, el epicentro de la crisis económica se ubicaba en las economías de norte. Muchas de las personas que no vieron venir aquella crisis, dicen hoy que lo peor ha pasado. Los datos de desempleo y la precarización laboral, entre otros datos, nos dicen lo contrario. Son muchas las personas que han visto reducidas significativamente sus condiciones de vida. Una gran mayoría ha visto en su propia familia las consecuencias de la crisis. Nada indica que los errores se hayan corregido. No son pocas las voces que consideran que debe ser el mercado y no el Estado y sus políticas públicas, el que debe regular la economía. Un mercado que no entiende de necesidades humanas, sino de demanda de bienes y servicios. Un mercado que deja bienes comoel empleo o la vivienda en manos de su lógica de oferta y demanda. Un mercado para el que la protección social se ha convertido en chivo expiatorio de la crisis.
·       Guerras y terrorismos: La violencia para usos políticos y económicos ha sido protagonista también de los primeros años del siglo XXI. Los frentes de guerra en gran medida han dejado paso a guerras de menor intensidad, pero en las que la población civil es la victima por excelencia.
A ello se le ha unido el denominado “terrorismo internacional”. Un fenómeno que se ha instalado en el imaginario colectivo, con los diversos asesinatos masivos, atentados o actos individuales, que en nombre de causas concebidas como superiores a la dignidad humana, han acabado con la vida de miles de personas y extendido un arma muy peligrosa: el miedo. No son objetivamente los países europeos lo más afectados por este fenómeno, pero es evidente que hoy Europa vive atemorizada, incluso de puertas hacia dentro.
·       Personas refugiadas: Los conflictos olvidados, asícomo la continuidad de guerras con mayor seguimiento mediático, como es el caso del de Siria, han generado un aumento alarmante del número de personas que huyen de la guerra. Durante décadas, eran muchas las personas que se veían desplazadas en sus propios países, o que incluso debían refugiarse en otros. La novedad ha sido que hoy Europa está en primera fila de tan triste espectáculo. El mar Mediterráneo, se ha convertido en una trampa mortal para miles de hombres, mujeres y niños porque, hablando con honestidad, una gran parte de la clase política comunitaria ha decidido que la Unión Europea cierre sus puertas y olvide, no sólo su pasado como población refugiada, sino también uno de sus principales valores: la defensa de la dignidad de las personas.
·       Medio ambiente: Un día tras otro, podemos conocer las consecuencias que el mal trato al que la humanidad viene sometiendo al planeta, estáproduciendo. El calentamiento global, el aumento de los desastres naturales, la deforestación, la reducción de la diversidad animal...se han convertido en noticias ordinarias cuyo mensaje deberíamos tomar como claramente alarmante. Por si ello fuera poco, no sólo estamos sufriendo ya las consecuencias de este proceso, sino que además estamos hipotecando, claramente, el futuro de las próximas generaciones.
·       Desigualdad entre mujeres y hombres: Son muchos y grandes los avances que se han producido en el reconocimiento de los derechos de las mujeres. Sin embargo, salta a la vista que la desigualdad, persiste. En muchos países esa desigualdad se presenta en sus formas más extremas: desigual o inexistente acceso a la educación o la salud, uso de las violaciones y agresiones hacia ellas como parte de la táctica de la guerra; o en una mayor tasa de empobrecimiento. En nuestro entorno, la violencia de género es su parte más visible aunque la desigualdad toma formas menos impactantes, pero no por ello menos denunciables como: la discriminación salarial; la sobrecarga de todo lo relacionado con los cuidados; el trato que los medios de comunicación hace en general de todo lo relacionado con las mujeres...

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